Cada músculo tiene una función específica que aporta al movimiento y la estabilidad del deportista. En este contexto, uno de los grupos musculares más importantes para el rendimiento es el cuádriceps femoral.
Este grupo muscular está formado por: recto femoral, vasto lateral, vasto intermedio y vasto interior. Este último, tiene una función fundamental para que la articulación de la rodilla tenga estabilidad.
De hecho, su correcto funcionamiento es importante para prevenir lesiones y tener un buen rendimiento en deportes como el ciclismo. El vasto interno está ubicado en la parte interna del cuádriceps y se encarga de producir la extensión de la rodilla y evitar que se salga la rótula.
Fortalecer el vasto interno retrasa el envejecimiento del cartílago articular de la rótula. Para los ciclistas, es esencial para realizar ejercicios de resistencia y aumentar el tiempo de carrera.
En ciclismo, el vasto interno es sustancial para acelerar el pedaleo, sobre todo en las subidas. Al extener la rodilla, este músculo genera la fuerza necesaria para avanzar con la bicicleta. Por este motivo, contribuye a que el ciclista pueda mantener una potencia constante.
Las sentadillas y las zancadas son ejercicios perfectos para trabajar el vasto interno, beneficiando a todo el cuádriceps. Por otra parte, utilizar una máquina de extensión de rodilla en el gimnasio puede ayudar a ejercitar el vasto interno de manera aislada.
Además de fortalecer el vasto interno, también hay que asegurar que el músculo se mantenga flexible y saludable. Para ello, es imporante añadir estarimentos específicos y técnicas de recuperación. Esta rutina mantiene el músculo, previene lesiones y evita la rigidez.
Los expertos en fisioterapia aconsejan realizar ejercicios para el vasto interno de manera gradual y constante. Algunas de las actividades físicas diarias como subir escaleras también incrementan la resistencia de este músculo.
