Yeremay Hernández, siempre sincero, siempre desde el corazón, valora un partido en el que fue diferencial y cree que ha sido la versión que quiere ver de sí mismo siempre. “Creo que hoy he estado mucho mejor con balón. Me he atrevido. Se ha visto al Yeremay que han visto de aquí para atrás. Tengo que seguir, dar mucho más, el equipo me necesita y tengo que ayudar al equipo”, valora el talentoso jugador canario.
“Estoy muy contento. Hoy salí al campo a disfrutar, no he pensado mucho, he sacado una sonrisa, y cuando sonrío y disfruto, cuando trabajo, me junto, cuando hago todas esas cosas, creo que voy un paso por delante”, reflexionó Yeremay tras un partido en el que cree haber estado “muy bien”, y no solo con balón, también cumpliendo con ese trabajo que le “pide” Antonio Hidalgo y que ante el Zaragoza “se ha notado en el campo”.
El 10 deportivista tuvo una conversación con Hidalgo que le ha dado confianza. Ante el Zaragoza demostró por qué está llamado a ser el mejor jugador de la competición: “He salido con ganas de disfrutar, no pensé mucho, solo cogí el balón y disfrutaba. El otro día tuve una charla con el míster y me pedía que disfrutase, que no pasaba nada por perder un balón o lo que sea, que confiaba mucho en mí. He disfrutado. Salí, disfruté, cogí el balón e hice lo que mejor sé hacer. Ahora tengo que seguir haciéndolo, que es lo más difícil”.
Yeremay y la presión
El jugador canario también reflexionó sobre cómo ha vivido este arranque de temporada, en el que “sí” siente que le ha pesado el exceso de responsabilidad: “Más que la gente, los medios, es la presión, yo me exijo mucho, y todo eso pasa factura. Creo que tengo que exigirme, pero no una locura”.
No ha sido una cuestión de “agradar”, reconoce, pero sí cree que no ha estado cómodo durante muchos tramos de este inicio de temporada: “No me sentía cómodo cuando me llegaba el balón, un control, o un movimiento, no me sentía cómodo. Estoy en el buen camino. Tengo la cabeza más limpia y en el campo se ve”.
Cree, también, que ante todo el ruido externo, hay que mantener la calma: “Hay que tener la cabeza muy tranquila y no mirar mucho. Haces un partido de la hostia y ya parece que eres Dios. Luego haces un partido de mierda y chao. Eso lo estoy trabajando, es complicado, tengo 22 años, cuesta mucho, en verano me costó un mundo. Cuando la gente habla, habla muy bien de ti, sales en portadas… la cabeza es importante. Estoy trabajando, poco a poco. La gente del club me está ayudando, y los compañeros. Estoy mucho más tranquilo que meses atrás”.
