El camino lleno de baches por el que trata de avanzar el Real Oviedo en las últimas semanas ofrece, así de repente, un atajo cómodo y seguro con el que no muchos contaban. La crisis post relevo en el banquillo se acentuó en un Halloween adelantado, una noche de los horrores versión copera, que ha hecho aumentar las dudas y las críticas, muchas con razón por el espanto perpetrado en O Couto. Pero esa desazón puede quedar en un segundo plano, o al menos endulzarse, si hoy, 21.00 horas, los de Carrión derrotan a Osasuna en el Carlos Tartiere.
Un triunfo del Oviedo es un dos por uno: tres puntos más que necesarios y, por el mismo precio, salir de los puestos de descenso. Es cierto que la tabla a estas alturas es solo una pista, que no conviene tomársela muy en serio y que parece una estrategia más efectiva ir sumando en la clasificación mientras se resta mentalmente sobre esa cuenta de 40 puntos que debería asegurar la permanencia, pero todo lo que signifique que hay tres equipos por detrás de los azules será traducido como un guiño a la autoestima del oviedismo.
Así que para los de Carrión es más que un simple partido, parece claro. Es una invitación al sosiego, por fin, y una vía para pedir disculpas por la Copa con un balón por medio. “Hablar poco y apretar los dientes”, ha repetido el entrenador en una idea que ya lanzó el pasado martes, en caliente, en O Couto. La primera parte del plan se ha cumplido, pues el club ha cancelado intervenciones en la sala de prensa salvo la obligada del técnico. Ahora queda por comprobar si se cumple la segunda parte, la fundamental para hablar de una estrategia exitosa.
Para intentar imponerse a Lisci y los suyos, que también tienen lo suyo —avanzando solo tres puntos por delante del Oviedo—, Carrión parece favorable a mantener las buenas intenciones (con ejecución francamente mejorable) que se vieron en Girona. Para el entrenador, ese 3-3 es el camino a seguir, o al menos los primeros 60 minutos en los que los azules fueron mejores que su rival.
Eso hace pensar que mantendrá Carrión el dibujo del 4-2-3-1, pero con la presencia de dos delanteros puros, como sucedió en Girona. Como entonces, la fórmula sería la de posicionar a Viñas en la banda derecha cuando toque defender, aunque el sistema de tres centrales y carrileros de Osasuna obligará a esfuerzos diferentes.
Equipo inicial
Así las cosas, el once del Real Oviedo con el que podría jugar hoy sería el formado por Aarón Escandell; Nacho Vidal, David Costas, Carmo, Javi López; Dendoncker, Colombatto; Fede Viñas, Ilic, Ilyas Chaira; Rondón. Completan la lista de 23: Moldovan, Lucas, Luengo, Bailly, Calvo, Rahim, Sibo, Reina, Hassan, Brandon, Agudín y Álex Forés.
La oportunidad de estirar la cabeza está encima de la mesa, también la de cazar a Osasuna, pero sobre todo está la posibilidad de demostrar que las cosas pueden funcionar. El Tartiere espera un guiño, algo mínimo, para reenchancharse con los suyos. Y la de Osasuna es una vía directa a la tranquilidad.
