Estados Unidos celebraba el final de la Guerra del Golfo de 1991 cuando el pequeño Stanley Onyekachukwu Okoye llegaba a este mundo en Raleigh, la capital de Carolina del Norte. Un estado de baloncesto que parecía marcar su futuro.
Su familia se reunía para ver los partidos de la NBA y de la NCAA donde el pequeño Stan descubría a sus grandes referentes de la niñez, Allen Iverson y Kobe Bryant.
Sus padres Edwin y Josephine, nigerianos ambos, habían viajado al país del tío Sam para estudiar en la Universidad y decidieron hacer de ese país su hogar.
Con 8 años comenzó a botar la pelota naranja pero el baloncesto «organizado» no era para él. No le gustaban ni los sistemas, ni las reglas. Prefería la libertad de la calle, la diversión del playground y estar con sus amigos.
Una afición que le provocaría una carencia en su juego en los primeros años: el tiro exterior. «Como era el más alto, cuando quería lanzar de lejos todos me decían que no lo hiciera, que atacara al aro de cerca» le comenta tiempo atrás al periodista malagueño Daniel Barranquero en un artículo en ACB.com llamado «Stan Okoye: El dilema de Knightdale».
Esa falta de tiro le convirtió para las grandes universidades americanas en un «tweener». Ese jugador que puede jugar en varias posiciones, pero no rinde a tope en ninguna. Un apelativo que pronto dejaría en el olvido para convertirse en Virginia Military Institute en «Stan, The Man».
La institución militar que forjó su carácter y su carrera, y que le dotó de tiro exterior. Los ataques eran muy rápidos, apenas 15 segundos, y su entrenador Duggar Baucom le gritaba. «Stan, ¡Tira antes de perderla!».
Sus números se multiplicaban, pero los reconocimientos no llegaban. «Es el jugador más ignorado de la Liga. Fue el mejor freshman y no le dieron el premio, fue el mejor sophomore y no le votaron. Ahora es el mejor júnior y no le meten ni en la lista de candidatos» se quejaba su entrenador.
La NBA no fue menos y también le ignoró cuando llegó su hipotético momento, pero para Stan no era el final: «La NBA no es el final. No me importa ir al extranjero. Deseo viajar por todo el mundo para seguir jugando al baloncesto».
Las primeras experiencias en Grecia e Israel no fueron buenas para Okoye, tres equipos en tres meses, pero su siguiente experiencia en Perth, Australia, cambió todo y marcó un cambio en su carrera profesional.
Fue el punto de inflexión para una carrera exitosa, siempre por debajo del radar, pero siempre necesario, y sobre todo con la maleta preparada para su siguiente destino. 15 equipos en 12 temporadas confirman sus palabras y le dejan con un sueño cumplido. Jugar al baloncesto en los 5 continentes.
Stan Okoye junto a los ex cajistas Rafa Luz, Rubén Guerrero y el entrenador Joan Plaza esperan mañana a Unicaja en el Pabelló Toni Martí de Andorra La Vella con el objetivo de lograr su segunda victoria del año y dejar los puestos de descenso en la ACB.
Los de Ibon Navarro transitan en la ACB por un bloque de 6 partidos, comenzó ante Girona, que deberían contar por victorias y que podría dejarles entre los 4 mejores de la competición antes de acometer otro «Tourmalet» en el calendario. Carpe Diem…
