Cuando Donald Trump habla sube el pan. Y se va a niveles estratosféricos. En su más reciente intervención, el mandatario norteamericano volvió a plantear el debate de las ciudades gobernadas por demócratas en la organización del Mundial de 2026. A meses del inicio del torneo, el mandatario ha insinuado que podría pedir a la FIFA la retirada de partidos en aquellas sedes donde, a su juicio, los niveles de criminalidad sean elevados o donde considere que las autoridades locales no cooperen con el Gobierno federal.
Trump planteó estas advertencias durante la ‘Task Force’ en el Despacho Oval con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. Preguntado sobre qué tendría que ocurrir para que una sede perdiera sus encuentros, señaló que gobernadores y alcaldes “van a tener que comportarse”. Puso como ejemplo a California, mencionando los altos índices de criminalidad y la gestión de recientes incendios, aunque aseguró que le gustaría mantener a Los Ángeles como escenario del campeonato si recibe la colaboración necesaria.
“Pediría a Gianni que lo traslade a otra ciudad”
El presidente afirmó que estaría dispuesto a desplegar la Guardia Nacional u otros cuerpos federales en las ciudades anfitrionas si detecta riesgos de seguridad, incluso antes de que surja un problema. Insistió en que su preferencia sería que los líderes locales solicitaran ahora ese apoyo adicional. En el pasado ya había apuntado en la misma dirección, y el mes pasado amenazó con retirar partidos de Boston tras expresar su descontento con su alcaldesa demócrata, Michelle Wu.
Ante nuevas preguntas sobre los criterios que aplicarían para mover partidos, Trump evitó concreciones: “Si creemos que hay cualquier señal de problemas, pediría a Gianni que lo trasladara a otra ciudad”. Añadió que existen numerosos lugares dispuestos a asumir más encuentros y que podría garantizarse la seguridad en cualquiera de ellos.
En un momento poco habitual, se dirigió directamente a Infantino para confirmar si podría anunciar ese cambio unilateral. El dirigente de la FIFA eludió respaldar la propuesta y subrayó que la seguridad es la prioridad absoluta para un Mundial exitoso. Recordó que la organización trabaja conjuntamente con el Gobierno estadounidense a través de un grupo de trabajo específico.
Donald Trump and Gianni Infantino, in an archive image / AP
Infantino reiteró que la confianza internacional en Estados Unidos como sede permanece intacta y que el objetivo es que los aficionados, tanto locales como internacionales, vivan una experiencia segura. Añadió que cualquier decisión se abordará de forma coordinada entre FIFA y las autoridades responsables.
Modificar las sedes del Mundial a estas alturas sería una medida sin precedentes en la historia del torneo. Las ciudades organizadoras se anunciaron en mayo de 2022, más de cuatro años antes del inicio, y desde entonces han invertido recursos en obras de infraestructura, planes de seguridad y programas para recibir a millones de visitantes.
Las advertencias de Trump se enmarcan en su estrategia más amplia de enviar fuerzas federales a ciudades gobernadas por demócratas para combatir la inmigración ilegal y el crimen. Estas operaciones, aplicadas en lugares como Los Ángeles, Washington D. C. o Chicago, han generado críticas de sus adversarios políticos y de grupos comunitarios, que consideran excesiva la intervención federal y denuncian que incluso ciudadanos estadounidenses se han visto afectados por los operativos.
El presidente reiteró que la mejor forma de evitar tensiones sería que las autoridades locales solicitaran desde ahora la presencia de la Guardia Nacional, asegurando que, si el Gobierno federal interviene, “no tendrán un problema”.
