“Ni es rápido ni es fuerte. De todas esas mediciones que hacemos, con tantas máquinas que tenemos, no entra en ninguna. Es decir, que no le firmarías nunca. Pero es futbolista. Es listo. Elige bien. Y lo pones siempre”. Cuando Marc Cucurella (27 años, Alella) era todavía un jugador de nicho se popularizaron estas declaraciones de Mendilibar. La explicación del técnico escondía una definición precisa de lo que era entonces Marc: un futbolista mucho mejor de lo que parecía a primera vista.
Es algo que, en realidad, también decían los números de Cucurella, pero había que ir más allá de las pruebas elementales: la respuesta estaba en el big data. En el Brighton no tardaron en darse cuenta y lo mismo ocurrió con el Chelsea y el City, los dos clubes que pugnaron por su fichaje. Sus estadísticas apuntaban a uno de los futbolistas más intervencionistas de la Premier. Su influencia en el juego tanto como tercer central como carrilero en el conjunto de Graham Potter llamó la atención de los grandes de la Premier. “Creció en el Barça, sabe cómo se juega a esto”, recordó el técnico.
El City de Guardiola se fijó en una estadística concreta: era un especialista en la precisión de los pases cortos (un acierto del alrededor del 82%) pero había más. Cucurella mostraba un buen nivel en las métricas ofensivas, defensivas y de posesión y el City se imaginaba una adaptación rápida. Sin embargo, fue el Chelsea quien cerró la operación por 65 millones de euros fijos más siete en variables.
El conjunto londinense se hacía con un futbolista que podía jugar de lateral, central, carrilero y extremo, pero también un competidor con una mentalidad que recordaba a Puyol. Tras varias cesiones (Eibar, Getafe) y su explosión en el Brighton, llegaba su momento en un grande.
La gran pregunta
Cucurella pasaba de costar 10 millones por el 90% de sus derechos (lo que pagó el Getafe al Barça en 2020) a multiplicar su valor de manera exponencial. Entre una operación y otra solo pasaron dos años y una pregunta se instaló en el barcelonismo: ¿por qué el Barça dejó escapar un futbolista así?
Para comprender por qué Marc Cucurella acabó saliendo del FC Barcelona hay que situarse en el verano de 2018, un punto de inflexión en la planificación deportiva del club. Esa temporada, la dirección azulgrana decidió vender a Lucas Digne al Everton por veinte millones de euros y, en lugar de buscar un refuerzo en el mercado, apostó por que el sustituto de Jordi Alba surgiera de la cantera.
Cucurella, in a meeting with the Barça reserve team / JAVI FERRANDIZ / Enviados
Con esa premisa, Ernesto Valverde, técnico del Barça por entonces, quiso evaluar a los dos laterales izquierdos con más proyección de La Masia: Cucurella y Juan Miranda. Aunque inicialmente daba la sensación de que el defensor de Alella tenía más opciones de ganarse un sitio, las impresiones de la pretemporada llevaron al entrenador a decantarse por Miranda, a quien veía con mayor capacidad para llegar al área rival.
Es un momento complejo para el futbolista que había llegado al club en edad cadete procedente del Espanyol gracias a la apuesta de Franc Artiga, y se quedaba sin la oportunidad de integrarse en la primera plantilla. Ante la falta de minutos, la solución fue una cesión al Eibar. Cucurella no duda en aceptar la propuesta tras comprobar que el club no terminaba de creer en él. Es una decisión que no sorprende a su entorno más cercano, que define a Cucurella como una persona con una gran determinación.
“Cucu es quien es ahora por sus decisiones. Es un futbolista que siempre va a por sus objetivos sin miramientos y se dio cuenta de que no le quedaba otra: venía de ser el mejor lateral de Segunda con solo 18 años, pero no lo veían en el primer equipo”. Cucurella llega a debutar con el primer equipo en un partido de Copa ante el Murcia el 24 de octubre de 2017. Tenía 19 años y saltó al césped de la Nueva Condomina en el minuto 83 por Digne.
La postura de Valverde
Lo que podía escenificar el cambio que estaba por venir se quedó en agua de borrajas. Valverde no terminó de creerse al futbolista y se fue decantando por Miranda, otro de los laterales izquierdos señalados de La Masia, en clave futuro. Son meses en los que Cucurella no conoce de primera mano las intenciones de Valverde. Siendo un jugador tan joven, no considera que tenga que ir a hablar con el técnico, pero el feedback que le va llegando en verano es que lo mejor es que se busque una salida.
En el Eibar no tarda en demostrar que es futbolista de Primera. Lo hace jugando de extremo, al igual que hará más tarde en el Getafe, dejando actuaciones tan llamativas como ante el Madrid, donde interviene en los tres goles del triunfo el 24 de noviembre de 2018.
Tras su gran rendimiento en el Eibar, el Barça lo repesca, pero solo para hacer caja. Descartado para hacer la pretemporada, vuelve a hacer las maletas esta vez al Getafe de Bordalás donde vuelve a demostrar su nivel.

Cucurella, against Lamine at Stamford Bridge / Valentí Enrich / SPO
Una experiencia que lo llevará a la Premier, donde explotará su mejor versión tanto en el Brighton como en el Chelsea, donde se ha consolidado como uno de los mejores laterales izquierdos del mundo. Su Eurocopa con España será el salto definitivo.
No le fue fácil en el conjunto londinense, donde pasó de ser muy criticado en sus inicios a ser uno de los más queridos. “Es un cabezón”, recuerdan en su entorno. “Siguió trabajando y demostró otra vez ese carácter competitivo que tiene. En su primera temporada tuvo a tres entrenadores y curiosamente empezó jugando de lateral derecho con Pochettino. Pero ha sido con Maresca el que le ha llevado al siguiente nivel en la élite”.
En el Barça faltó paciencia con un lateral que, al igual que Puyol, tiene el carácter de esos tipos especiales que hacen que un grupo de futbolistas sea un equipo. Ante Lamine, el futbolista más difícil de defender del mundo, se hizo gigante.
