Guillaume Martin no es un ciclista al uso. Como todos sus colegas de profesión, dedica toda su jornada laboral a sufrir sobre la bicicleta. Pero a diferencia del resto, escribe sobre todo eso que pasa por la cabeza de un deportista profesional cuando entrena o compite. ¿Cuál es el sentido de todo esto?, se pregunta, entre otras muchas cosas. E intenta llegar a la respuesta a través de la escritura.
Licenciado en Filosofía, autor de ‘La sociedad del pelotón’ y ‘Sócrates en bicicleta’, el corredor del Groupama-FDJ acaba de publicar ‘La gente que sueña’ (Libros de Ruta). Si sus dos primeros libros eran ensayos sobre filosofía y deporte, en ‘La gente que sueña’, Martin da un paso más en su vertiente narrativa, porque el libro se puede leer como una novela, con el ritmo y la arquitectura narrativa propia de un relato de ficción, con poco que envidiar a algunos escritores más que consagrados.
Martin atiende a SPORT por videollamada, desde su localidad natal en Normandía, y en un castellano más que correcto.
Da la sensación de que es tu libro más íntimo y más redondo. Y el más puramente literario, por decirlo de alguna forma.
También lo veo así: en el libro hablo mucho de mi familia, y por eso digo que es mi libro más personal, pero también es una novela de verdad, en el sentido narrativo que damos a la palabra novela. En realidad, lo fácil hubiera sido intentar escribir la segunda parte de ‘Sócrates en bicicleta’, incluso una tercera, pero no quería eso. Escribo porque me gusta. Escribo porque escribir es un placer y un reto. Si no fuese así, no sería tan interesante.
¿Ha sido difícil, ese cambio de chip?
Me ha costado un poco. Este libro supone un cambio importante con respecto a los dos anteriores. Nunca es fácil hablar de uno mismo, ha habido algunos asuntos difíciles o delicados, pero estoy contento con el resultado.
‘The people who dream’, from Road Books / Libros de Ruta
Es un libro dividido en tres partes; tres historias: la tuya, la de tu padre y la de un erudito del siglo XVI, Guy de Lefèvre.
Sí, he pasado muchas horas hablando con mi padre. Hay cosas muy íntimas y muy personales que nunca me había contado. No resulta fácil sentarte con tu padre a hablar de ciertas cosas, pero ha sido un reto muy interesante. En cuanto a Guy de Lefèvre, ya conocía algunas historias de su vida, porque es un personaje muy enraizado en mi tierra, en Normandía, pero también llevé a cabo bastante trabajo de documentación e investigación. Al fin y al cabo, él vivió en mi pueblo cuatro siglos antes que yo, y esa conexión es una de las bases del libro.
¿Cómo han reaccionado tus padres al libro?
Mi padre, que es un personaje muy importante en la novela, se emocionó con algunas partes. Con otras, digamos que no le gustó tanto. También depende un poco del momento… Mi madre se lo ha tomado de manera bastante diferente, no le importa tanto que se hable de ella en el libro. Es curioso que mis padres sigan juntos, porque realmente son muy diferentes. No estaban hechos para vivir juntos, pero así es el deporte. Lo cuento en el libro: se conocieron en una clase de aikido, un arte marcial japonés que también se puede considerar un deporte. Y ahí reside una de las grandes virtudes del deporte, que te permite conocer a gente que normalmente, nunca conocerías.

Martin, last season / –
¿Cómo es tu día a día? ¿Cómo encuentras espacios para escribir?
Es importante destacar que no tengo dos trabajos. Tengo uno, soy ciclista profesional. Veremos qué ocurre en el futuro, pero ahora es así, soy profesional del ciclismo y mi día a día se centra en entrenarme y planificar entrenamientos y competiciones. Esa es mi prioridad. Cuando mi trabajo como deportista acaba, entonces sí que encuentro momentos para escribir. Quiero que escribir siga siendo un placer, por eso no tengo un calendario establecido ni una regularidad determinada. No tengo normas. En invierno, fuera de la temporada ciclista, tengo más tiempo para escribir. Durante la temporada escribo en estaciones, aeropuertos o viajes, sobre todo en tren. También en los hoteles, durante las concentraciones del equipo.
¿Qué te han comentado los compañeros y los rivales de otros equipos? ¿Te leen?
Hay de todo. Hay algunos que ni saben que escribo, no se preocupan de cosas así. Y me parece bien, no lo digo como una crítica. Otros, más curiosos, sí que lo saben, pero no han leído ninguno de mis libros. Y hay otros interesados, que me han leído. Curiosamente, bastantes castellanoparlantes, quizá no tanto españoles como sudamericanos. Recuerdo por ejemplo una conversación con Esteban Chaves sobre ‘La sociedad del pelotón’. Y no es el único caso.

Guillaume Martin, author of ‘People Who Dream’ / –
Aunque es una novela, en ‘La gente que sueña’ hablas de ti mismo: tus dudas, el sentido filosófico del deporte, y otras reflexiones interesantes. Y poco habituales entre los deportistas de elite.
Si no das un poco de ti mismo, el libro pierde valor. Hay que ser valiente, en ese sentido. Al principio, los editores de Grasset me dijeron que tenía que volcar más de mí mismo en el texto, así que empecé de cero. ‘Tienes que abrirte más’, me dijeron. Y lo hice. Cuando dices algo más o menos profundo sobre ti mismo, es cuando se produce una conexión real con el lector, porque al final, todos nos preguntamos más o menos las mismas cosas sobre la vida o el sentido de nuestra existencia. Yo me pregunto sobre el sentido del ciclismo profesional porque me dedico al ciclismo profesional, pero creo que es algo que se puede aplicar a todos los trabajos del mundo.
Japón tiene un cierto protagonismo en el libro, sobre todo porque allí descubriste otra manera de ver el mundo.
En mi familia conocemos el país de manera un poco especial. Mi padre fue profesor de aikido y conoce bien Japón. Yo pude conocerlo hace relativamente pocos años: creo que hay una diferencia en la percepción de las cosas. En Europa intentamos explicar o comprender continuamente. Allí, no. Un ejemplo que pongo en el libro es que cuando tú subes a la cima de una montaña, en Europa te explican todos los detalles de la altitud, las montañas de la zona, etc. En Japón no hay nada de eso: como mucho, te dicen que al final de verano puedes ver unas nubes especiales. No hay datos, más bien son sensaciones. Es otra manera de ver el mundo. No digo que sea mejor una cosa que la otra; de hecho lo interesante es que podemos vivir en el mismo mundo y con percepciones diferentes. Y creo que es algo que he intentado aplicar a mi manera de escribir: analizar menos y sentir más.

‘People who dream’, by Guillaume Martin / –
¿Qué será Guillaume Martin en el futuro, cuando abandone el ciclismo profesional? ¿Novelista?
No soy muy bueno hablando del futuro. Me resulta complicado imaginar qué va a ocurrir en el futuro. Quizás siga escribiendo, o quizá lo dejo por completo. No lo sé. En La Boderie, en la zona de la que tanto hablo en el libro, hay muchas cosas que hacer, quizá con toda esa labor tenga suficiente.
Es cierto que el libro transmite un profundo amor por su tierra, en la Normandía.
Sí, porque siento que en este lugar hay una historia. Y escribir sobre ello me enlaza directamente en esa historia.
