La Ciudad Autónoma de Ceuta constituye la puerta sur de entrada a España y Europa. Ubicada en el norte del continente africano y bañada por las aguas del Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico este enclave es la frontera terrestre entre ambos continentes. Su estratégica situación geográfica implica que Ceuta deba afrontar retos muy particulares entre los que destacan la gestión de la seguridad fronteriza, el control de los flujos migratorios o la dificultad para retener talentos que apuesten por este territorio.
A día de hoy, el fenómeno migratorio, con la entrada irregular de personas provenientes de diferentes países africanos, es ya un asunto de máxima prioridad para la ciudad. Durante el año 2024, las llegadas irregulares contabilizaron un total de 2.552 personas, de las cuales 2.531 lo hicieron por tierra y 21 por mar. Este aumento supone un incremento del 137% en comparación con datos de 2023. La presión migratoria en el estrecho de Gibraltar y en las fronteras de Ceuta.
La llegada masiva de migrantes trae consigo otra complicación y es que muchos de ellos son menores que alcanzan suelo español sin la compañía de sus progenitores. Los centros de acogida de menores están actualmente sobreocupados y experimentan una saturación de los recursos.
Tanto Ceuta como Melilla solicitaron que se declarase la contingencia migratoria en su territorio, un paso necesario para activar la reubicación de menores extranjeros no acompañados a otras comunidades autónomas. El Gobierno aprobó en agosto un real decreto que determina la capacidad de acogida de menores migrantes que debe albergar cada comunidad autónoma. Actualmente está previsto que se reubiquen 3.900 menores desde Canarias y Ceuta.
Además de esto, Ceuta afronta dificultades debido a los múltiples cierres de la frontera con Marruecos, que desde que tuvo lugar la pandemia del covid, ha sufrido numerosos cortes por parte del país marroquí.
En cuanto a su transformación digital, Ceuta está centrada en ser polo de atracción de pequeñas empresas y su objetivo es lograr ser un ‘hub’ de startups. La ciudad cuenta con un régimen fiscal y económico con características propias; sin embargo, quiere ir más allá.
Ceuta y Melilla aspiran a conseguir el título de Zona Económica Especial, como ya se aplica en Canarias y que cuenta con importantes ventajas fiscales. La Ciudad Autónoma reclama una política de Estado que reconozca su singularidad, garantice estabilidad y refuerce su condición de territorio fronterizo europeo.
