El Barça tiene un problema. Eso está claro. De los quince partidos que ha disputado esta temporada, ha ganado diez. Suma tres derrotas y dos empates. Y se desangra en defensa. Ha encajado veinte goles, con una media de 1,3 tantos recibidos por partido. Es la segunda cifra más alta de este siglo, solo superada por la del Barça de la temporada 2015-16 que con Luis Enrique en el banquillo había recibido 23 goles.
Es evidente que existe un problema, pero Hansi Flick dejó bien claro en Brujas tras el empate en el estadio Jan Breydel y haber recibido tres goles de un equipo bastante inferior que no piensa renunciar a su idea de juego. La defensa avanzada es innegociable para el entrenador alemán, que dice tener detectado el problema.
La presión no es buena
Según él, la pasada temporada los rivales caían en fuera de juego, a veces por centímetros, porque todo se hacía bien. Ahora, los centímetros son favorables a los contrarios, según Flick porque las cosas no se están haciendo bien, especialmente porque la presión sobre el rival no es buena.
Flick tiene detectado el problema pero no da con la tecla para solucionarlo. Lo prueba, pero no lo consigue, también porque la gran cantidad de lesiones que está teniendo el grupo desde el inicio de curso está lastrando su juego. Por ejemplo, Szczesny no está ofreciendo la solidez de Joan Garcia.
El polaco cumplió la pasada temporada como sustituto del lesionado Ter Stegen. No es culpable de nada, pero en partidos como el de Brujas tampoco evita goles. Tres tantos más recibidos en un partido que recordó al de la temporada pasada en el campo del Benfica, con error grosero salvado por el VAR.
Barça had a +37 goal difference last season compared to +20 this season / Marc Creus
Una racha con tintes históricos
No ha conseguido el polaco dejar la portería a cero en ninguno de los ocho partidos que ha jugado desde la lesión de Joan Garcia. De hecho, la racha de encuentros encajando del equipo es de nueve.
Solo ha dejado la portería a cero en tres partidos esta temporada (Mallorca, Valencia y Getafe). Una racha como la de Szczesny de partidos encajando solo la supera en la historia del club, según datos de Oriol Jové, Lluís Miró, que encajó en 19 partidos seguidos en la temporada 1941-42.
La línea defensiva no es la única culpable de los veinte goles encajados, pero tampoco está para tirar cohetes. Los laterales no están como la temporada pasada. Koundé no es el mismo, con muchas lagunas, y Balde convierte en algunos partidos su banda en una autopista para los rivales. También porque los dos se van a presionar muy arriba a los laterales rivales, dejando mucho espacio a su espalda.
En cuanto a los centrales, sin el jefe de la zaga, Iñigo Martínez, Flick lo ha probado todo. Araujo-Cubarsí, Eric-Cubarsí y ahora Araujo-Eric. Hay partidos buenos y otros en los que la línea hace aguas con algunos de los defensas rompiendo el fuera de juego.
Sin Pedri no hay control del balón
Luego está el centro del campo. Sin Pedri, el Barça pierde control del balón y capacidad para sorprender al rival, así como opciones para conectar con los delanteros. Pero el principal problema es que los que juegan no llegan a presionar bien, muchas veces el lanzador del equipo rival está muy solo para dar el pase en profundidad para los delanteros y los jugadores que entran desde la segunda línea.
Y el problema con la presión se repite en la delantera. La baja de Raphinha es capital en este sentido. El brasileño es el atacante que mejor lo entiende. Quizá por ello, Flick se enfadó mucho cuando Raphinha recayó de su lesión.
Rashford está cumpliendo en ataque, pero parece no entender nada a nivel defensivo. Ferran, con Lewandowski con muchos problemas y siendo un habitual del banquillo, es quien más presiona, mientras Lamine, lastrado por sus problemas con la pubalgia, debe dosificarse durante los encuentros. Cuando sale Lewandowski, tampoco está para muchos esfuerzos.
Muchos problemas tiene Flick. Parece que los tiene detectados el entrenador alemán y los cambios que ha ido realizando durante estos quince partidos así lo certifican, pero no acaba de dar con la tecla. Espera recuperar lesionados y hacerlo tras el parón para volver a la senda del triunfo y el buen juego y volver a luchar por todos los títulos.
