David Villa es el gran ídolo de toda una generación de valencianistas y su lona viste la fachada del estadio de Mestalla por su aportación en forma de goles y emociones en el coliseo de la Avenida de Suecia. El delantero asturiano anotó 129 goles en 225 partidos oficiales, unos registros de ‘crack mundial’ que le catapultaron a convertirse en uno de los mejores arietes de nuestros tiempos.
El futbolista pudo jugar en Mestalla en el lustro posterior a la etapa dorada valencianista y a pesar de que su fichaje buscó perpetuar al club en la conquista de títulos, el atacante se terminó marchando en 2010 con solamente una Copa del Rey, la de 2008, debajo del brazo.
A pesar de ello, la huella que dejó en el valencianismo es completamente imborrable y está considerado uno de los mejores futbolistas de la historia de la entidad y un fichaje estelar por parte de la dirección deportiva de Javier Subirats, el arquitecto del mejor Valencia de todos los tiempos.
Una apuesta total
El valenciano, también exfutbolista de la entidad de Mestalla, estuvo en el programa ‘La Banda’ de À Punt y desveló el ‘making off’ (cómo se hizo) el fichaje de Villa por el Valencia CF, que pagó doce millones de euros (su cláusula de rescisión) para sacarlo del Real Zaragoza, club en el que se había convertido en toda una institución conquistando una Copa del Rey.
El “papelito” que lo cambió todo
Subirats explica que fue a verle a Zaragoza y ahí se sentó con el futbolista, con el que firmó las condiciones “en un papelito” para dejarlo todo acordado con el jugador para adelantarse al resto de equipos interesados en ficharle. Semanas más tarde se concretó todo y el resto es historia.
¿Volvería Subirats al Valencia CF?
Otra de las cuestiones a las que se enfrentó Subirats fue si volvería al conjunto de Mestalla. El valenciano señaló que el club es su “casa”, pero que para volver al ese despacho tendría que tener clara la asignación económica para ese mercado y a partir de ahí gozar de “autonomía” en su parcela para poder trabajar.
