El Valencia Mestalla vive una temporada marcada por la interdependencia absoluta con el primer equipo. En un club cuya sostenibilidad pasa (según sus propios ejecutivos) por el talento de la Academia VCF, el filial ha sido durante semanas el gran sacrificado para sostener una plantilla profesional diezmada por las lesiones. Este contexto condicionó convocatorias, limitó minutos y afectó directamente al rendimiento competitivo del conjunto de Miguel Ángel Angulo, que llegó a encadenar jornadas sin contar con jugadores esenciales como Lucas Núñez, David Otorbi o Rubo (Rubén Iranzo).
Sin embargo, el retorno paulatino de profesionales como Foulquier o Ugrinic permitió al Mestalla recuperar efectivos frente al Atlètic Lleida, un partido en el que futbolistas como Lucas, Otorbi o Rubo volvieron a tener protagonismo y que acabó con una victoria balsámica para un equipo sumido en la parte baja de la clasificación.
La Academia, el salvavidas económico y deportivo del Valencia CF
En las últimas temporadas, la Academia VCF no solo ha sido una fuente de talento, sino también una vía imprescindible para mantener la competitividad del primer equipo. El CEO de Fútbol, Ron Gourlay, lo dejó claro el pasado 6 de octubre: en un club sin inversión ambiciosa para competir por plazas europeas, “el talento local es esencial para la sostenibilidad”.
El plan pasa por convertir a la cantera en una ayuda inmediata cuando las lesiones o la necesidad golpean al Valencia CF. Ese equilibrio (delicado y complicado de gestionar) ha marcado el día a día del Mestalla durante el último mes.
Minutos recortados y ausencias clave en el Mestalla
La consecuencia directa de esta política se vio reflejada en los partidos del filial. Frente al Torrent y el Andratx, jugadores llamados a ser determinantes en la Segunda Federación no disputaron ni un solo minuto. Otorbi, Panach, Lucas Núñez o Rubén Iranzo estuvieron plenamente integrados en la dinámica del primer equipo, a pesar de no saltar al césped en Liga. Ante el Poblense, la reserva de piezas fue incluso más evidente: Lucas Núñez solo jugó 46 minutos antes de ser sustituido por Jaume Durà. Otorbi directamente no viajó a Mallorca. Rubo (Rubén Iranzo) y Alejandro Panach, habituales en las citaciones de Corberán para cubrir bajas defensivas, tampoco estuvieron disponibles.
Angulo asumió la situación sin reproches, recordando tras el 2–2 ante el Torrent que “la prioridad es ayudar al primer equipo” y que la comunicación con Carlos Corberán es absoluta.
Una coordinación constante: Angulo, Corberán y la hoja de ruta del club
La relación entre el entrenador del primer equipo y el del Mestalla se ha convertido en un factor estructural. Angulo subraya que existe una “completa comunicación”, necesaria para sincronizar las subidas y bajadas de jugadores entre categorías.
Además, tanto Ron Gourlay como Luis Martínez (interlocutores directos de la Academia) analizan diariamente las necesidades del club para definir qué futbolistas deben reforzar al primer equipo y cuáles pueden regresar al filial para competir. Esta dinámica, sin embargo, ha afectado al Mestalla, que tras doce jornadas suma solo once puntos y marcha antepenúltimo en el Grupo 3 de Segunda Federación.
Frente al Atlètic Lleida: regreso de efectivos y ansiada victoria
La vuelta de jugadores profesionales como Foulquier y Ugrinic supuso un respiro para el filial. Con los huecos del primer equipo cubiertos, Angulo pudo reincorporar a sus hombres clave. Y se notó. Ante el Atlètic Lleida: Lucas jugó 90 minutos, Otorbi disputó 76’y Rubo completó también los 90’.
Con ellos sobre el césped, el Valencia Mestalla recuperó firmeza, ritmo competitivo y profundidad ofensiva, logrando un triunfo imprescindible para cortar la mala racha y volver a creer en la permanencia.
