Un penalti transformado por Iago Aspas en el minuto 55 dio al Celta la tercera victoria consecutiva a domicilio ante un Alavés que no supo generar peligro suficiente para superar a Radu, que consigue así su primera portería a cero en la Liga española. No fue el más brillante de los partidos del equipo de Claudio Giráldez, que supo desactivar el juego ofensivo de un rival que presumía de su imbatibilidad en Mendizorrotza, donde había consolidado su buen arranque de campeonato para situarse en mitad de la tabla. Con este primer tropiezo ante su afición, el equipo del excéltico Eduardo Coudet se ve superado en la clasificación por los célticos, que ahora suman 16 puntos y podrán preparar con mayor tranquilidad el partido del próximo jueves en tierras búlgaras ante el Ludogorets.
La pizarra de Giráldez funcionó casi a la perfección. Así, el partido arrancó con un Bryan Zaragoza que obligó a Jonny Otto a cometer la primera falta que el árbitro zanjó con una amarilla para el excéltico. Parecía que los desequilibrios se establecerían desde los costados, con Carlos Vicente y Aleñá por parte blanquiazul, y con Bryan y Javi Rueda por los celestes.
Sin embargo, la batalla por el balón se libró en el centro del campo, donde quiso Giráldez. Allí, Beltrán y Moriba (enorme el despliegue físico del guineano) acabaron por imponerse a una pareja con buen pie pero con poco colmillo como Antonio Blanco y el excéltico Denis Suárez. Aunque los babazorros ganaban en la posesión del balón, la defensa adelantada del Celta, pese a algunas imprecisiones de Marcos Alonso y de Javi Rodríguez, mantuvo a raya a un rival que apenas gozó de transiciones y solo dispuso de un tiro a portería con cierto peligro en los primeros cuarenta y cinco minutos. Un centro desde la derecha de Carlos Vicente le llegó de rebote a Toni Martínez. El atacante del Alavés envió el balón a la grada.
No hubo más noticias en ambas porterías hasta el descanso de un partido en el que Giráldez se presentó en Vitoria con cinco novedades en el once con respecto a los que cayeron ante el Barcelona hace quince días. Sorprendió la presencia desde el inicio de un Aspas que había tenido más protagonismo en la competición europea que en la española. Pero Giráldez busca sorpresas incluso debajo de las piedras y parecía poco probable que el moañés saliese ayer de inicio en Vitoria. Sorprendió la presencia de Aspas pero no generó peligro ni juego de construcción.
Junto al capitán aparecieron en el once Rueda, Zaragoza, Javi Rodríguez y Beltrán por Mingueza, Sotelo, Jutglà, Borja Iglesias y Manu Fernández, que se quedó en Vigo por decisión técnica.
Y aunque la actuación de Aspas estaba siendo mediocre en la tarde de ayer, el moañés se guardaba un chispazo de genialidad para romper la igualada en el marcador. Como en el inicio, el Celta comenzó mejor que el Alavés en la segunda mitad. A los dos minutos de la reanudación, Moriba lanzó flojo a los guantes de Sivera, que poco después neutralizó un mano a mano con Pablo Durán. Eran los primeros disparos a portería de los célticos, que trataban de generar peligro con combinaciones que casi siempre acaban sin el efecto esperado. En uno de esos ataques, Aspas apareció en el área rival y dejó correr el balón para superar al defensa y encarar a Sivera. El portero llegó tarde en su salida para frenar al moañés, que acabó en el suelo delante del árbitro, que no dudó en señalar la pena máxima.
Minuto 55 de partido y al Celta se le presentaba una gran ocasión para adelantarse en el marcador desde la misma manera que el Alavés la pasada temporada en el mismo escenario. Entonces, Kike García superó a Guaita. Ayer, Aspas engañó a Sivera y el balón entró pegado al palo derecho del portero del Alavés. Segundo tanto en la Liga del capitán céltico, que además contabiliza once goles contra este conjunto vasco, uno de sus rivales favoritos.
La euforia atolondró a los de Giráldez, que en la siguiente jugada permitieron un remate dentro del área de Aleñá. El balón, sin embargo, salió manso para Radu.
Ambos técnicos decidieron entonces iniciar el carrusel de cambios, que sentaron mejor al Celta que al Alavés. Giráldez puso en acción a Mingueza, Aidoo, Borja Iglesias y Miguel Román. El equipo vigués mejoró en todas las líneas, a pesar del disparo desde un costado de Jonny Otto que se estrelló en la cara exterior de un poste de la portería del portero del Celta, que encontró en Borja Iglesias un faro al que recurrir con desplazamientos profundos. El compostelano dio una lección de cómo jugar de espaldas a la portería rival, aguantar el balón pese a las embestidas de los zagueros y encontrar siempre el espacio adecuado para asistir a un compañero y generar peligro. Pero ni celestes ni blanquiazules dispusieron de acciones claras para cambiar el resultado. Miguel Román lanzó fuera tras un saque de esquina y Mariano, que relevó a un Lucas Boyé casi ausente, mandó un balón flojo a las manos del guardameta rumano.
El Celta ni siquiera permitió que el Alavés pudiese practicar ataques directos y centros desde los costados. Y en las pocas ocasiones que construyeron esas acciones, la defensa del Celta se manejó con pericia. Ahí resaltó la figura de un Aidoo que va ganando protagonismo en un equipo que le había invitado a marcharse en el último año de su contrato. El ghanés parece haber olvidado su grave lesión en el tendón de Aquiles y podría convertirse en una pieza muy interesante para ganar seguridad en una defensa en la que los canteranos no parecen encontrarse en su mejor momento, salvo Sergio Carreira, y con un Marcos Alonso que ha bajado mucho las prestaciones que ofreció la temporada pasada.
El plan de Giráldez impidió ayer que los de Coudet sumasen otra jornada sin perder en Mendizorrotza. Desactivado el juego ofensivo de los babazorros, el Celta solo tuvo que defender con orden, imponerse en el centro del campo y en los duelos individuales, admás de aprovechar el oficio de Aspas para generar un penalti en una jugada que parecía intranscendente. Y la buena prestación mostrada en Vitoria permite a Giráldez igualar las tres victorias consecutivas a domicilio de Unzué en 2018 para vivir más tranquilo en la Liga.
