La patronal comunitaria del sector de la automoción, ACEA (Association des Constructeurs Européens d’Automobiles), lleva meses y meses reclamando un cambio en la normativa europea de emisiones, que plantea el veto a la venta de coches con motor a combustión en 2035. La palabra más habitual que emplean es la de “inalcanzable”, por la dificultad a la hora de la expandir el coche eléctrico entre los consumidores y por los problemas para evitar las sanciones por contaminación CO2, además de la carrera por alcanzar al aventajado y principal rival en la electrificación, China. Stellantis y su CEO, Antonio Filosa, está empujando en la asociación por hacer cambiar de parecer a Bruselas. Algo que empieza a dar sus frutos. El vicepresidente de la Comisión Europea para la Prosperidad y Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné, anunció que ya están trabajando en desvincular a los vehículos comerciales del veto previsto en una década, así como la creación de una categoría para coches pequeños, dos de las principales reclamaciones del propio Filosa. Dos noticias clave para Vigo, hogar de las furgonetas K9 y clave en el futuro de los vehículos compactos del grupo con la nueva plataforma STLA Small.
Séjourné fue uno de los protagonistas de un foro organizado por la patronal del automóvil de Francia, la PFA, en un acto en el que también intervinieron el patrón de Stellantis o el nuevo CEO de Renault, François Provost, miembros de la asociación junto a grandes fabricantes de componentes galos como Forvia, Michelin, OPmobility o Valeo.
Brussels plans to exempt vans from the combustion engine veto in 2035
La intervención del francés era la más esperada, en especial después de la reunión en septiembre del sector con la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen (en la que prometió “flexibilidad”), y después de las declaraciones de Filosa a la televisión TF1, pidiendo ampliar la fecha del veto hasta 2045, como recogió ayer FARO. Y aunque Séjourné se mantuvo firme en cuanto a la fecha de 2035, con el objetivo de “mantener el principio de neutralidad tecnológica”, sí recogió el guante en cuanto a otras grandes peticiones del fabricante con planta en Balaídos.
El responsable de Prosperidad y Estrategia Industrial avanzó que sector y CE llevan “seis meses trabajando con una voluntad común” para «avanzar con mucho pragmatismo» y que, aunque ya se avanzó que se adelanta al próximo año la revisión de los objetivos de la normativa “para ofrecer un marco de previsibilidad”, las principales medidas se darán a conocer en poco más de un mes, el 10 de diciembre. La primera que comentó fue la vinculada a los vehículos comerciales: “Probablemente quedarán excluidos de los objetivos de 2035 para poder ofrecer muchas más perspectivas y mucho más pragmatismo”.
Según Séjourné, Bruselas «está estudiando la posibilidad de desvincular esta categoría», una frase que pronunció después de que Provost explicase que, tal y como están las cosas, Renault tendría que reducir producción y despedir empleados. Lo mismo que dijo Filosa un día antes. “Nuestro objetivo es dar un enfoque que sea pragmático, pero al mismo tiempo realista desde el punto de vista económico en este aspecto”, añadió el vicepresidente de la CE.
En cuanto a la categoría para los vehículos pequeños, el galo avanzó que se está perfilando para «aligerar las restricciones reglamentarias» y frenar así “la inflación” sobre estos vehículos. “El objetivo de los fabricantes es comercializar un vehículo pequeño nuevo de entre 15.000 y 20.000 euros, y las restricciones reglamentarias también influyen en el precio, por lo que vamos a crear este marco reglamentario. He dado instrucciones a mis servicios sobre este aspecto para que este marco figure en los anuncios de la comisión del 10 de diciembre”, sentenció.
Producto europeo
Otro de los temas que tocó el vicepresidente tercero de la CE es algo que afecta de lleno a los proveedores. “Estamos trabajando en una definición de lo que es un coche europeo, una definición que no sea compleja de aplicar», señaló Séjourné, con el objetivo de vincular los apoyos que se dan a los fabricantes con los componentes que incorporan sus coches. “Esto podría condicionar, por ejemplo, el tipo de ayuda», especificó. Para él, esto es “muy importante”, ya que “genera crecimiento en toda la cadena de valor y permite salvaguardar los puestos de trabajo”.
Para Stéphane Séjourné, la fecha de 2035 “no puede eclipsar” las dificultades que vive el sector y que es necesario “pasar al ataque” para que Europa y sus fabricantes no pierdan la batalla por prevalecer en la industria de la automoción, en especial ante la amenaza de los productores chinos.”Evidentemente, seguir generando crecimiento en Europa es el objetivo principal de la Comisión y, por lo tanto, contar con producción europea”, resumió.
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