Balaídos despidió a lo grande al Celta el pasado domingo después de caer derrotado por el Barcelona (2-4). «Orgullosos, dos nosos xogadores», cantaba la afición, que lleva desde mediados de mayo sin poder celebrar un triunfo en casa en un encuentro de la competición regular. De hecho, el Celta comparte con el Levante que son los dos únicos equipos de Primera que no han ganado todavía ante su afición este curso. El caso de los célticos si agrava, si cabe, porque ya han disputado siete encuentros como locales, frente a los cinco de los valencianos. De esta forma, el equipo de Claudio Giráldez se encamina a igualar el récord absoluto de jornadas sin ganar en un comienzo de campeonato que registró hace dos temporadas Rafa Benítez. Con el antecesor de Giráldez, el celtismo tuvo que esperar hasta la novena jornada como local para disfrutar de una victoria. Fue el 12 de diciembre de 2023 ante el Granada (1-0), gracias al tanto de Strand Larsen.
El mal arranque de curso en aquella temporada acabaría meses después con el despido del entrenador madrileño, que sería reemplazado a mediados de marzo de 2024 por un Giráldez que no ha visto mermada la confianza de la afición pese a los malos resultados que el Celta encadena ahora como local, salvo en los partidos europeos. Los triunfos ante el Paok y el Niza en la Liga Europa han paliado, en parte, la desilusión que produce entre los aficionados tanto resultado adverso en campo propio. También ayuda a que la afición mantenga intacta la confianza en el actual entrenador que el equipo celeste haya sufrido únicamente cuatro derrotas en 17 partidos y que solo dos de ellas se produjeran en Balaídos: en la primera jornada ante el Getafe y el pasado domingo ante el Barcelona.
En medio de tanto sinsabor del aficionado, el equipo celeste logró empates meritorios ante rivales como Atlético de Madrid, Real Sociedad, Villarreal o Girona; y en alguno de los casos con goles de última hora que llenaron de alegría a una afición que se ha armado de paciencia ante los malos resultados agarrándose al buen juego que en general despliegan los jugadores de Giráldez.
Reconocimiento al esfuerzo
Las cinco victorias consecutivas ante Niza, Osasuna, Puerto de Vega, Levante y Dinamo Zagreb (cuatro de ellas a domicilio) generaron un clima de entusiasmo que se vio reflejado el domingo con un Balaídos que registró la mejor entrada de la temporada (21.887 espectadores). Además, Celta y Barcelona ofrecieron un espectáculo sublime en una de las mejores primeras parte de lo que va de Liga, en la que se anotaron cinco tanto. Decayó el juego en la reanudación, pero la afición agradeció el esfuerzo de los célticos por intentar frenar a un equipo con una delantera de nivel mundial, formada por Lamine Yamal, Rashford y un Lewandowski que destapó el tarro de las esencias con un hat-trick.
Los azulgranas se llevaron los tres puntos pero no consiguieron desilusionar a una afición local que agradeció el trabajo de su equipo, no solo en esa jornada sino en los cuatro encuentros seguidos como visitante en los que ganó a Osasuna y Levante en Liga, al modesto Puerto de Vega en la Copa del Rey y al Dinamo de Zagreb en la segunda competición europea.
Los jugadores, conscientes del apoyo incondicional del celtismo, agradecieron el cariño y aplausos recibidos tras el enésimo tropiezo en Balaídos. «Partido muy difícil ayer. Seguimos con el mismo espíritu de siempre. Gracias afición, son los mejores», escribió Andrei Radu en las redes sociales antes de incorporarse a la selección rumana. Sus compañeros Ferran Jutglà, Javi Rodríguez y Sergio Carreira celebraron el apoyo incondicional de la afición nada más finalizar el partido en los micrófonos del club.
Comunión con el equipo
Esa comunión entre el equipo y la afición no la destruyen los mediocres resultados del Celta en Balaídos esta temporada, que llevan al equipo de Giráldez a cuotas solo superadas en una ocasión en la historia del club. El récord de jornadas sin ganar en casa desde que arrancó el campeonato lo ostenta Rafa Benítez, con 8 partidos. Le siguen Luis Enrique Martínez y Giráldez. Con el asturiano, el Celta no ganó su primer partido ante el celtismo hasta el octavo partido en Balaídos. Esa mala racha se rompió ante el Almería (3-1). Entonces, el trabajo del actual técnico del PSG estuvo en cuestión, pero el club tuvo paciencia y el equipo finalizó el curso en posiciones desahogadas. Ahora, Balaídos se arma de paciencia.
Via: Faro de Vigo
