En el calendario de altibajos que se presentaba, siempre a priori, al Real Oviedo esta temporada toca otra vez encarar un tramo empinado de la misma. No es el perfil de etapa reina del Tour que le esperaba a los azules en el inicio con Villarreal, Madrid y Barcelona como puertos casi inabordables, pero respecto a lo visto en las últimas semanas (Levante, Espanyol, Girona, Osasuna y Athletic) sí parece que el nivel de exigencia vuelve a elevarse. Pero no le queda otra a los de Carrión que afrontar el reto con valentía, solo así podrá salir reforzado de un mes de competición con cinco citas de altura que los azules afrontan dispuesto a abandonar el fondo de la tabla y darles a sus seguidores unas Navidades en una zona mucho más prometedora.
La prueba del Rayo. Todo empieza el domingo con la visita de uno de los equipos más incómodos de Primera. De hecho, Carrión se refirió a ellos hace una semana para ensalzar la capacidad de presionar del Athletic, nombrando a leones y rayistas como los dos conjuntos que mejor presionan de Primera.
Llega el Rayo y lo hace con Alemão, si no sigue con molestias, como punta de lanza. Una amenaza conocida y una dura prueba por delante. Ganar significa levantar la cabeza y no hacerlo agrandar la crisis y la mala dinámica de Carrión, sin triunfos en Primera.
Regreso al Wanda. No es el estreno en el nuevo estadio del Atlético, porque ya jugó allí el Oviedo ante el Rayo Majadahonda, pero sí como rival de los rojiblancos, a los que les unen muchas aventuras de tiempos pasados. Hoy, los de Simeone son un serio candidato a todo, a pesar de su desventaja, y los azules tratan de sobrevivir. Por eso, todo lo que signifique sumar tendrá el rango de hazaña para los de Carrión.
No es que esté brillando el Oviedo fuera, pero sus números son menos alarmantes que en el Tartiere: la prueba del Wanda es, en todo caso. mayúscula.
El Mallorca, de viernes. En un incómodo horario, viernes 5 de diciembre, recibe el Oviedo a un Mallorca que tiene de momento al exazul Leo Román lesionado, aunque podría llegar a tiempo para la cita. Pocos señalaban a los bermellones como rivales de la misma liga que los azules pero de momento así se comportan.
Solo una derrota en los últimos cuatro encuentros han hecho respirar más aliviados a los de Arrasate, pero solo aventajan en 4 puntos a los azules, así que compiten en la misma categoría y se presenta como un partido clave. Otro más.
La última visita, con solera. El domingo 14 de diciembre, a las 14.00, el Oviedo vuelve al Pizjuán (ya lo pisó en Segunda ante el filial) para reencontrarse con otro clásico y, de paso, fortalecer las buenas relaciones entre aficiones.
El Sevilla de Almeida mantiene un rumbo irregular, aunque no parece que vaya a merodear la zona baja. Eso sí, no es de los visitantes más fieros hasta la fecha. Ha sido capaz de ganar al Barça en su feudo, pero solo acumula 7 puntos de 18 ante sus fieles.
El cierre ante el Euro Celta. Parece algo despistado el Celta de Giráldez con su renovada incursión europea pero la sensación es que los gallegos han mostrado mejor fútbol que resultados y que pueden ir para arriba. De hecho, el Barça frenó una dinámica al alza de 8 puntos de 12 que les alejaba de la zona pantanosa.
El fin de semana del 20 y 21 de diciembre, con fecha y horario aún sin confirmar, se enfrentarán al Oviedo en el Tartiere en el choque que cierra el año. Un 2025 marcado por el deseado ascenso y un broche que los azules quieren cerrar con triunfo y asegurarles a sus aficionados un descanso navideño con la ilusión que quizás ha faltado en este inicio de curso tan accidentado y gris.
Via: The New Spain
