Javi Siverio ya casi ni recuerda lo que es trabajar cerca de su Radazul natal. Hace mucho tiempo que salió de Tenerife para buscarse la vida como futbolista, cazando goles –es su especialidad, más de treinta desde que aterrizó en India– y el tiempo le ha demostrado que el arte del acierto no entiende de idiomas, ni de culturas. A su nueva rutina se ha acostumbrado como si fuera un nativo. Ya son cinco sus años en el país de los turbantes y el Taj Mahal, donde ahora juega para uno de sus clubes más punteros. «La diferencia económica es importante respecto a lo que cobraba en España», explica a la hora de dar sus motivos para haberse ido tan lejos. Aunque el dinero no sea la única razón para entender la decisión que le cambió la vida.
Siverio se forjó en la cantera del Laguna y luego en las filas de la Unión Deportiva, ahí donde nacen sus vínculos con Manolo Márquez, el entrenador que le llamó para jugar en India. Atrás quedan ahora sus sueños de jugar en el primer equipo de Las Palmas, o en el del Racing de Santander, donde sí debutó y además a escala profesional. Cinco partidos en Segunda jalonan su currículum, donde ya son más sus méritos en el extranjero que en su propio país natal.
En el país más poblado del mundo, Siverio no ha hecho sino crecer. Hoy juega para uno de los clubes punteros, el Goa FC, uno de los que sí pugna por retos continentales y por títulos como la Supercopa, de ahí que se libre del caos generalizado y organizativo que muchas veces sacude al fútbol en aquella región. «¿Lo más raro que me ha pasado? Que estemos aquí desde principios de temporada y no sepamos cuándo exactamente empieza la liga; de hecho, hay equipos parados sin saber si será en diciembre, en enero, o cuándo», relata.
«No tengo pensado volver, al menos de momento; el fútbol asiático me gusta bastante»
Pero Javi, respetado y admirado por su fútbol y su trayectoria, tiene motivos para sonreír. Todo empieza con una llamada de alguien que le transmitió su confianza: Manolo Márquez, quien le conoce de su etapa en Las Palmas. «Aquí permiten seis extranjeros y, por así decirlo, les quedaba una ficha libre que querían que fuera para el delantero. Económicamente tal vez no al nivel que se suele estar aquí pero aún así bastante mejor que como yo estaba en España. Y vine, claro, porque no es tan fácil tener acceso a este tipo de ligas y de experiencias».
Ya hecho a la vida de trotamundos, y tras militar en distintos equipos, clubes y categorías, Siverio estaba acostumbrado al cambio. «La verdad es que no me costó adaptarme; es un cambio grande, sí, pero creo que al final vine en una buena edad, sigo siendo joven pero cuando aterricé ya llevaba bastante tiempo fuera de casa», cuenta este isleño que emigró a los 16. «Cuando era un crío», sonríe. Y matiza después. «Aunque aquello fue para quedarme dentro de España». Probó fortuna en el Rayo Cantabria, en Las Palmas… y por su carácter afable y sociable siempre conectó con el entorno. «Aquí en India me han acogido muy bien y ya son cinco años feliz aquí, con eso te lo digo todo».
Y hablando de fútbol, Javi dice estar disfrutando porque el signo de sus últimos grandes partidos ha sido el de la victoria. «Somos el único equipo del país que está jugando competición asiática, superamos un knockout –eliminatoria a partido único– que fue muy celebrado aquí y confío en que el futuro también traiga cosas buenas». Dicho esto, puede inferirse que Javi no está pensando en hacerse las maletas y volver. Nada de eso. «En principio no lo tengo pensado, pero ya te digo, esto es tn cambiante que al igual el año que viene me ves por allí de nuevo», sugiere. Lo que no habrá cambiado para entonces es su orgullo por ser canario, por mantener intacto su acento isleño, por presumir de sus raíces cada vez que puede y, lo más importante, el seguimiento casi diario que hace a las noticias del Tenerife.
«Lo que nunca voy a perder es el seguimiento al CD Tenerife, no me pierdo un resumen»
«Del Tete, siempre. Verlo se me hace complicado por la diferencia horaria pero estoy conectado y pendiente. Procuro no perderme ni un resumen, ni un partido. No es algo de ahora, es un seguimiento que empecé el primer año que salí de casa. La Primera RFEF es una competición complicada y un paseo no iba a ser; obviamente tienen pinta de equipazo y mi deseo es que suban directo», resume. ¿Jugar de blanquiazul? Sería un sueño, pero no lo ve al alcance de la mano, ni cerca. «¿Para qué nos vamos a engañar? Es bastante complicado», aduce. Lo suyo ahora es marcar goles, que no entienden de idiomas. «El mercado asiático me gusta bastante». Da la impresión de que en India le quedan cuerda y goles para rato. Pero nunca se sabe. «Un día estás aquí… y a la mañana siguiente, en la otra punta del planeta». Así es la vida de un emigrante que lleva su mochila cargada de goles.
