Cantan Los del Río que Sevilla tiene un color especial. No les falta razón. Pero está claro que no han vivido un Gran Premio de la Comunitat Valenciana en el Circuit Ricardo Tormo de Cheste. De ser así, probablemente también le habrían dedicado una canción.
El trazado valenciano acoge este fin de semana una de las citas más emblemáticas y mágicas del calendario. Y pese a que siempre ha sido una imperdible para los grandes aficionados a las dos ruedas, este año es más especial si cabe, puesto que la edición del pasado año no pudo celebrarse debido a la DANA que azotó con crudeza la zona de Valencia. Aquello dejó los accesos y alrededores totalmente destruidos.
La suma de varios factores provoca que el ambiente que se respira en el trazado valenciano sea más especial que nunca. Tanto, que durante la jornada del viernes, dedidada a los entrenamientos libres, las gradas ya están aborratadas. Caminar por el ‘paddock’ también se convierte en una tarea muy difícil. “La ilusión, al no haber tenido MotoGP el año pasado, se había multiplicado, no por dos, sino por diez”, aseguraba a SPORT Nicolás Collado, director del circuito.
Un GP más especial que nunca, pero que siempre ha sido muy valorado por pilotos y aficionados. “Ayer estuve viendo que los pilotos de MotoGP aseguraban que no entendían el calendario sin Valencia. Pecco Bagnaia dijo: ‘el Mundial tiene que empezar con Qatar y tiene que acabar en Valencia‘. Este tipo de comentarios te dan a entender que es un sitio especial. Valencia es tierra de valientes, es tierra de gente que se levanta, que trabaja y que consigue sus objetivos”, expresaba Collado.
Con vibras de estadio
El clima y la ubicación son dos factores clave para atraer a los fans, pero lo cierto es que la configuración del trazado es también algo importante y que los aficionados valoran mucho. “Al ser un estadio con las gradas alrededor, hace que el espectador esté en el centro del show, porque prima que el espectador pueda verlo todo en todo momento. Lo convierte en un gran final de fiesta“, terminaba diciendo.
Un circuito lleno de historias
Cada sitio tiene su historia, suele decirse. Y también tienen las suyas los aficionados. Sandra viene cada año desde Madrid para reencontrarse con el grupo de amigas que hizo gracias al motociclismo años atrás. “Es el punto de reencuentro, donde nos reunimos una vez al año desde 2019. Es muy especial para nosotras, venimos de distintos sitios de España: Ciudad Real, Logroño, Cuenca…”, explica a SPORT en la zona de ‘merchandising’ que se encuentra tras la tribuna amarilla del trazado.
“Es el último Gran Premio y dices: ‘que pena, esto se acaba ya’. Y aunque no se decidan títulos, porque algunos se cierran antes, siempre está esa magia ahí“, apunta Celia, otra aficionada. Coinciden ambas en que la buena accesibilidad es otro de los puntos clave para que tanta gente se reúna en el Ricardo Tormo.
“Es muy especial por la forma que tienen de acoger al público, el trazado es muy bonito. El ambiente es increíble en la grada, y durante todo el año uno siempre está esperando este momento de la temporada, pese a que sea el último“, asegura Paloma, que viaja desde Gran Canaria. Aún queda mucho fin de semana por delante. Y el Circuit seguirá ganando adeptos y creando recuerdos para la posterioridad.
