El Periódico


La pregunta sigue sin respuesta. Centenares, miles, de expedientes y correos; de mensajes y audios; de carpetas con documentos, archivos y certificados; de testimonios voluntarios o forzados por mandato judicial; de conversaciones e interrogatorios de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil o de declaraciones ante jueces de instrucción o magistrados de la Audiencia Nacional. Nada. No aparece la identidad del enlace. Ni rastro. Hasta ahora un desconocido. Un secreto por desvelar. ¿A quién llamó por primera vez Koldo García para ofrecer en Canarias los servicios de –el nombre comercial ya es como para desconfiar– Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas? Un primer telefonazo, más que bienintencionado malicioso, para ofertar esos millones de mascarillas –un buen lote de ellos defectuosos– con las que la trama dio su primer gran golpe en las Islas: 12 millones de euros.

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