El Periódico


Alcanzado el ecuador del juicio del fiscal general del Estado, las tres primeras jornadas han servido para dejar constancia ante el Tribunal Supremo -y a ante todo aquel que haya seguido las sesiones- de que el mail, en el que el abogado del empresario Alberto González Amador reconocía que este había cometido dos delitos fiscales para evitar ser juzgado, habría estado a disposición de muchas más personas que el propio acusado, al menos como “pantallazo”. También han quedado claras las malas relaciones que existen en el seno del Ministerio Público, entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el de Isabel Díaz Ayuso, y hasta en la prensa.

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