La federación de ERC en Barcelona se sume en una nueva crisis interna después de que más de la mitad de los miembros de la dirección permanente hayan presentado su dimisión. Hasta ocho representantes de la cúpula han decidido abandonar sus cargos, incluidos nombres clave como Miquel Colomé, el secretario general, y figuras de peso como Quim Bosch, Nil Font, Agnès Russiñol, Rosa Suriñach, Sheila Vidal y Max Zañartu por discrepancias con Creu Camacho, la presidenta. Unas horas más tarde se ha sumado al goteo de ceses Esther Martín, como ha avanzado la ACN y ha confirmado EL PERIÓDICO.
Las dimisiones están ligadas a importantes discrepancias internas, según apuntan fuentes del partido a este diario. Camacho, la candidata del sector crítico a la dirección de ERC que encabeza Oriol Junqueras, dio la sorpresa y ganó las elecciones internas el 26 de abril con un 49,6% de los votos, por delante del 47,5% cosechado por la aspirante considerada oficialista, Eva Baró. 14 votos distanciaron a una lista de la otra. Pero el resultado convirtió a esta federación en la única en la que los rivales de Junqueras -organizados bajo las siglas de Foc Nou y de Nova Esquerra Nacional- lograron imponerse, ya que el presidente del partido se hizo con el resto del mapa territorial en la disputa que desató su victoria el 14 de diciembre en el congreso nacional.
Pero fuentes del partido apuntan que, pese a que Camacho representaba a los críticos con Junqueras, se ha ido acercando a las tesis de la dirección de la calle de Calàbria y especialmente a Elisenda Alamany, que ejerce como secretaria general, es concejal del Ayuntamiento de Barcelona y forma parte de la federación barcelonesa, lo que ha provocado un profundo malestar que se ha canalizado con esta rebelión interna.
En una carta, los dirigentes que han dimitido recalcan que Camacho “ha optado por sacar adelante un proyecto propio, tomando decisiones de forma unilateral, a veces sin contar con el resto de la permanente e incluso contradiciendo acuerdos a los que ha se había llegado”. La presidenta se ha defendido en otra misiva, en la que sostiene que “las dinámicas propias de otros tiempos de conflicto constante entre las corrientes internas que tanto han debilitado la imagen [del partido]are not the way for ERC”.
La federación se ve obligada ahora a celebrar un congreso regional extraordinario que, tal como marca el reglamento interno del partido, debe convocarse en un mes. Pese a esto, fuentes de la dirección recalcan que “todo sigue operativo” porque la organización debe garantizar su funcionamiento, dentro de la provisionalidad, hasta que se elija una nueva dirección.
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