Carlos Mazón sí estaba localizable durante su comida de cuatro horas en El Ventorro del día de la dana. Así se desprende de la explicación aportada por Presidencia de la Generalitat Valenciana sobre los papeles que el president firmó durante su estancia en este restaurante, hecho que fue revelado por la periodista Maribel Vilaplana, su acompañante en el ágape, en su declaración del lunes ante la jueza.
Los documentos rubricados por el jefe del Ejecutivo autonómico que le fueron entregados en mano por el propietario del local, eran oficiales de la Generalitat, que se los hizo llegar a través de un trabajador del Palau. En concreto, se trataba de unas resoluciones de becas a deportistas de élite que debían oficializarse con urgencia, ya que el plazo para que los beneficiarios pudieran reclamarlas vencía el 31 de octubre, según confirma el equipo de Mazón tras la información publicada por Las Provincias.
Más allá del contenido de los mismos, esto demuestra que desde el gobierno valenciano se tenía constancia del paradero de Mazón. Es decir, que ante las complicaciones que iba causando la dana en el exterior mientras avanzaba la larga comida en El Ventorro (sobre todo en Utiel, donde ya se había solicitado la ayuda del Ejército para cuando arrancó el encuentro), la Generalitat podría haber avisado al president, quien ha mantenido que estuvo “permanentemente informado” de la situación.
Cabe recordar que durante esa jornada, previa al puente por el día de Todos los Santos, Mazón no tuvo a su lado a su núcleo más cercano, que le podría haber actualizado el escenario de estar presente. Su jefe de gabinete, José Manuel Cuenca, estaba fuera de la Comunitat Valenciana y no pudo pasar de Xàtiva cuando intentó regresar. Así, Mazón finalizó sus actos de agenda esa mañana y puso rumbo sin personal de confianza a El Ventorro. El secretario autonómico de Transparencia, Santiago Lumbreras, persona también de máxima confianza, estuvo en València también a primera hora, pero a media mañana fue a Alicante para labores de “trabajo interno”. Tampoco pudo regresar cuando lo intentó. Y algo parecido sucedió con Paco González, director de Comunicación de Presidencia, quien también se fue a Alicante esa jornada.
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