El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, invitó este martes a que los tres años que quedan para el 50 aniversario de la Constitución “deberían ser de ‘purificación de la memoria‘ contaminada por los sesgos ideológicos de las leyes de memoria histórica y democrática“.
En su opinión, esas normas, “justamente, quieren rehabilitar y honrar a víctimas de la dictadura y enterrar dignamente a quien seguían en fosas y cunetas, pero son, están siendo, principalmente, un instrumento de polarización ideológica al servicio de los intereses políticos del presente más que cauce para ahondar en la reconciliación que los años de la Transición lograron, en gran parte”, dijo durante el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria que congrega esta semana en la sede del Episcopado en Madrid a los prelados españoles.
Durante el discurso, Argüello recordó que este mismo lunes, durante la audiencia con el papa León XIV a la Comisión Ejecutiva de la CEE, León les recordó: “Que no nos dejemos atrapar por la manipulación de las ideologías. Evangelio, Evangelio y Evangelio”.
Así lo aseguró el presidente de los obispos españoles tras repasar el “singular” papel de la Iglesia durante el franquismo, reafirmar la adhesión y comunión de la Iglesia española con el papa León XIV, subrayar las alertas que plantea Cáritas en su reciente Foessa sobre la exclusión social de la sociedad española y “la moda de lo cristiano”, como se ha visto recientemente en expresiones cinematográficas y musicales con la artista Rosalía.
Para Argüello, también arzobispo de Valladolid, también pueden ser años “para abordar nuevos desafíos para la democracia” como, qué valores asume la sociedad, las causas “profundas” de la “crisis de las democracias liberales y el auge de los autoritarismos populistas”, la separación de poderes, la dignidad de cada ciudadano y el bien común y la globalización.
“Algunos hablan ya de sociedad posdemocrática“, dijo, en la que “democracia y mercado ya no son correlativos” y “libertad y Estado de derecho son vividos como estorbo en el nuevo escenario global, multipolar y algorítmico”, advirtió.
En este contexto, el presidente de la CEE remarcó que “los católicos tenemos algo que aportar” en la vida pública y revindicó su derecho a la participación en la sociedad. “No basta con ser objetor de conciencia. Hay que promover conciencia”, zanjó.
