El adelanto electoral en Aragón tendrá repercusiones en todos los partidos políticos. La cita con las urnas del próximo 8 de febrero pone el contador a cero, es “una moneda al aire”, pero los partidos aragoneses parten con sensaciones y objetivos diferentes desde cada rincón del arco parlamentario.
El Partido Popular, liderado por Jorge Azcón, aspira no solo a revalidar el triunfo de mayo de 2023 sino a ampliar los 28 diputados con que cuenta actualmente en las Cortes de Aragón. En la comunidad autónoma nunca antes ha habido una mayoría absoluta, pero los de Azcón sueñan con acercarse a la hazaña y sumar esa ansiada mayoría parlamentaria de los 34 diputados aragoneses sin tener que recurrir a la extrema derecha de Vox, quienes empezaron el mandato siendo sus socios y han acabado protagonizando uno de los mayores desencuentros.
Los de Santiago Abascal en la comunidad afrontan la cita con las urnas subidos en las encuestas, con una perspectiva de crecimiento que les da alas para no tener mucho que perder en este adelanto electoral. En Vox todavía no han decidido si su actual portavoz, Alejandro Nolasco, repetirá como cartel electoral. Y hay runrún en el partido de que se buscan perfiles femeninos, o del mundo de la farándula, para dar un golpe de efecto y arrastrar más votos. En la extrema derecha se juegan volver a ser decisivos o quedarse al margen de la política aragonesa, en el rincón de la oposición haciendo ruido y sin gobernar.
Vox spokesperson Alejandro Nolasco and Jorge Azcón greet each other in the president’s office this week. / JAIME GALINDO
Para el PSOE la prueba es de fuego. Pilar Alegría se estrenará, salvo sorpresa mayúscula, como candidata para las elecciones autonómicas, tras pasar por unas primarias, en principio, de trámite, y dejar sus cargos en Moncloa, lo que hará antes de Nochebuena. Su golpe de efecto en esta última semana, con el ofrecimiento de los votos del PSOE no solo para aprobar el techo de gasto sino también los Presupuestos del PP a cambio de la inclusión de cinco medidas clave, no ha surtido efecto ni para cambiar el discurso del Gobierno de Aragón ni para ganar tiempo.
Los socialistas llegarán a las urnas condicionados por una serie de escándalos que afectan al partido a nivel nacional y que no cesan. Desde los presuntos casos de corrupción por las mordidas en obras públicas a los escándalos por el acoso sexual a compañeras en distintos ámbitos del partido, los socialistas aspiran a no perder mucho fuelle respecto a mayo de 2023, cuando se quedaron con 23 diputados y perdieron el Pignatelli.
De ahí a ganar las elecciones hay un trecho, pero nada es imposible en política, y más en Aragón, la tierra fértil en pactos, sobre todo, en torno al PSOE. Los socialistas aspiran a hacer una buena campaña electoral, que se jugará en gran parte en clave nacional, y confían en el elevado grado de conocimiento y simpatía que despierta la ministra de Educación y portavoz, su líder desde el pasado mes de marzo en Aragón. Eso sí, la cita con las urnas le pilla al partido en plena reconstrucción tras la era de Javier Lambán, todavía con sensibilidades por matizar y con ánimos por calmar.
A la izquierda del PSOE
A su izquierda tendrá el PSOE una de sus flaquezas, por la incertidumbre de que sus socios de preferencia tengan el suficiente aguante electoral como para conformar una coalición que pudiera alejar a Azcón del Pignatelli. No está claro todavía cómo concurrirán a las elecciones formaciones como Izquierda Unida, Chunta Aragonesista o Podemos. Ni Sumar. Sus líderes reconocen contactos incipientes para hablar de esa confluencia de las fuerzas de izquierdas que nunca se ha dado en Aragón, ni siquiera cuando a nivel nacional se constituyó Unidas Podemos.
En IU acaban de nombrar a su nueva coordinadora autonómica, Marta Abengochea; y en Podemos acaban de elegir a su nuevo líder, Ricard Mitjana. Mientras, en Chunta Aragonesista tendrán que elegir un nuevo cartel electoral, o apostar por una confluencia que aglutine el voto de la izquierda plural aragonesa.
Los otros socios potenciales
En el centro, Aragón Teruel Existe, cuyos votos pueden ser el comodín de Azcón para evitar a la ultraderecha, o servir para dar fuerza a un PSOE sin Lambán, con quien la relación fue pésima. Los de Tomás Guitarte aspiran a ganar peso territorial, pero su pugna seguirá estando en Teruel, donde tienen su gran masa de votantes y arraigo social gracias al movimiento ciudadano.
En el centro aragonesista, Alberto Izquierdo, recién confirmado presidente del PAR después de más de cuatro años de litigio en el seno del partido, tratará de exprimir las siglas históricas con la rémora no acudir a las urnas en una cita coincidente con las elecciones municipales, algo que siempre acaba arrastrando voto para su formación por su importante presencia en los pequeños pueblos de Aragón y, especialmente, de Teruel. Los votantes turolenses, que seguirán eligiendo a 14 diputados, volverán a ser claves a la hora de configurar el hemiciclo aragonés.
Así, comienza el tiempo de descuento. El diálogo y la creación de estrategias a marchas forzadas. Porque el tiempo de precampaña también es campaña y los mensajes y la elección de líderes son claves desde el primer compás.
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