El adelanto electoral en Extremadura fijado por la popular María Guardiola para el 21 de diciembre ha cogido al PSOE en uno de sus momentos de mayor debilidad. Algunos sectores de la federación incluso han trasladado dudas sobre la idoneidad de su candidato, Miguel Ángel Gallardo, procesado en la causa del hermano del presidente del Gobierno. Frente a ello, en Ferraz cerraron filas desde el primer momento, asegurando que el partido “considera que es el candidato adecuado”. De ahí la intención de arroparlo y lanzar el mensaje de que “lo fundamental es que nos volquemos”, en referencia al desembarco en este territorio de toda la cúpula, comenzando por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. De hecho, estaba previsto que este miércoles Sánchez arropase a Gallardo en un primer mitin en Mérida para lanzar la precampaña, pero menos de tres horas antes se tomó la decisión de aplazarlo a causa del temporal.
Los colaboradores de Sánchez avanzan que, al margen de esta cita pospuesta, tiene previsto multiplicar sus desplazamientos a este territorio durante la campaña y precampaña. Su lectura es que lo que suceda el 21 de diciembre “condicionará” de forma significativa el ciclo electoral de comicios autonómicos. En el primer semestre del próximo año se celebrarán los de Castilla y León y Andalucía, sin descartarse que se produzca también un adelanto electoral en Aragón. Por ello, para los socialistas es fundamental combatir en Extremadura una tendencia negativa que se arrastre en el resto de territorios. “Tenemos fuerza e ilusión y lo importante es la oferta programática que hacemos a los ciudadanos”, apuntan fuentes del partido.
Lo que descartan tanto en Moncloa como en Ferraz es que dentro de este ciclo electoral más inmediato vaya a sumarse la Comunitat Valenciana. Pese a su presión directa sobre Génova por no forzar elecciones tras la dimisión del president Carlos Mazón, el análisis que hacen es que el PP llegará a un pacto con Vox. Una mala noticia para sus intereses en este territorio, reconocen convencidos de que si se abren las urnas sumará el bloque progresista, principalmente por el ascenso de Compromís y la caída de los populares. Sin embargo, consideran que un pacto con los de Santiago Abascal para mantenerse en el poder tendrá impacto en las elecciones extremeñas.
A la espera de “cuál es la factura que están dispuestos a pagar”, explican respecto a las exigencias de Vox para dar su apoyo a un sucesor de Mazón y evitar elecciones, en el PSOE señalan que lo que ocurra en la Comunitat Valenciana tendrá “efecto” en Extremadura. “Es el mismo problema que tuvieron el 23J”, apuntan.
En las elecciones generales, el PP trató de desplegar una campaña autónoma diferenciándose de Vox, pero quedó en entredicho su discurso por los acuerdos que al mismo tiempo cerraba con la ultraderecha para formar gobiernos autonómicos. Precisamente, el primero de ellos fue el de la Comunitat Valenciana para la investidura de Mazón. Ahora, María Guardiola defiende poder gobernar sin dependencias y el adelanto electoral lo justificó por su ruptura con Vox y la falta de acuerdo para sacar adelante unos presupuestos. Mientras tanto, Feijóo resetea su relación con Abascal para reclamarle su apoyo al próximo president.
Las nuevas “exigencias” de Vox
El PSOE exprimirá así el “efecto Mazón” y ajustará su estrategia electoral en Extremadura al impacto de un pacto entre PP y Vox, que también podría marcar el resto del ciclo electoral. El crecimiento de Vox también forma parte de los cálculos de Ferraz para competir en estos comicios e intentar frenar un cambio de ciclo de cara a unas generales.
En Andalucía, por ejemplo, dan por hecho que el PP de Juanma Moreno ya habría perdido la mayoría absoluta y en Castilla y León que tienen serias opciones de ser primera fuerza, aunque esto no signifique poder gobernar ante un entendimiento postelectoral entre PP y Vox. “El PSOE puede ganar en Castilla y León”, valoraba esta semana el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para apuntar que una de las incógnitas principales y con efectos de ida y vuelta es “qué pasa con Vox en Valencia”.
“Es evidente que Vox exigirá políticas racistas, machistas y recortes en derechos”, lamentaba este miércoles el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, comenzando a esbozar parte del discurso electoral de los socialistas. Las nuevas “exigencias” de la formación de la ultraderecha se combinan así con el cuestionamiento al liderazgo de Feijóo por haber “perdido el pulso” contra la dirección valenciana de su partido. A la gestión de la crisis abierta en la Generalitat añaden otros capítulos en los que sitúan a la madrileña Isabel Díaz Ayuso como la “voz cantante” en el partido.
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