Anteayer el PSOE. Ayer Podemos. Hoy Teruel Existe. Mañana Vox. Hace un mes, Izquierda Unida. A la vez, el PAR. Algún día, Chunta Aragonesista. Algún día, pero sin cambios, el PP. Los partidos aragoneses han lanzado por la ventana la actitud convencional y todos han adaptado la postura electoral a la espera de que Jorge Azcón, presidente del Gobierno autonómico, diga que la legislatura ¡no va más! y que los ciudadanos de esta comunidad autónoma tengan que volver a las urnas para decidir quién organiza el futuro político de Aragón.
Porque el PP no cede en las exigencias radicales de Vox. Porque Vox no suaviza sus peticiones fuera de todo margen al PP. Porque los números con Teruel Existe y el PAR dan para lo que dan. Y porque la izquierda no va a dar ni medio margen a Azcón, ni facilitará el techo de gasto para alargar la tranquila agonía de un Gobierno de Aragón que desde hace días tiene unos presupuestos “mejores” que todo apunta que se quedarán en el cajón.
En los últimos plenos, los pasillos eran un intercambio de números de lotería y de otros números, de fechas en las que cuadraban mejor las elecciones para cada formación política. El día lo decidirá Azcón, que ya a principios de semana admitió que “si no hay presupuestos, en Aragón habrá elecciones” y presentó exterior autonomía para avisar a navegantes y evitar reprimenda alguna de Núñez Feijóo acerca de las prórrogas presupuestarias.
Solo falta el cuándo. Azcón otea el horizonte político y el inmediato es tenso. El líder de Vox, Santiago Abascal, llega mañana a Zaragoza para apretar aún más las tuercas al PP: Aragón se ha colado en la gira extremeña del referente ultraderechista, que llamó «torpe» a un líder popular al que aún estudia ver si apoya en una nueva investidura.
Una semana clave
Y porque la semana aragonesa viene carga de grandes eventos –la primera piedra de la gigafactoría de CATL-, un Consejo de Gobierno y un pleno autonómico con control al propio presidente. Y muchos actos en los que ver, o cruzarse, con Pilar Alegría, la líder del PSOE que el viernes presentó a su gente de confianza para las elecciones, “sean cuando sean”. La memoria, el recuerdo de la victoria municipal en 2019, es lo que realimenta el fuego interno de la ministra de Educación, que capea los reveses de la política nacional mientras aterriza, por fin, con los dos pies en la política autonómica.
El calendario desplegado sobre la mesa de Jorge Azcón vuelve a unir a PP y Vox. El próximo jueves, Juanfran Pérez Llorca se convertirá en president y pasará la oscura página de Carlos Mazón hacia la historia de la Comunidad Valenciana. Ahí, el popular podrá explicar hasta dónde ha llegado la negociación con Vox y cuánto va a facilitar la ultraderecha la gobernabilidad del territorio.
Más adelante, las elecciones de Extremadura (finales de diciembre), de Castilla y León (mediados de marzo) y de Andalucía (cuando Juanma Moreno decida). Azcón, en esa cuadrícula desplegada, tiene que decidir si su llamamiento a las urnas cabe entre las convocatorias de María Guardiola y Alfonso Fernández Mañueco o tiene que esperar a más adelante. ¿Junio? ¿Septiembre? ¿Coincidir con Andalucía? Cuadrar fechas electorales será complicado si, a la vez, otros barones populares están en conversaciones con Vox para gobernar los diferentes territorios. Si es que todo sale como dicen las encuestas y la ola antisanchista vuelve a favorecer al PP en las comunidades autónomas.
Sea como sea, todos los partidos políticos presumían hace semanas de puertas para dentro de lo que hoy ya externalizan: que los equipos electorales están montados, que da tiempo “de sobra” a cumplir con los procesos internos y que si hay que ir a las urnas, cada formación se apunta la primera. El PP parte con la ventaja de que será Azcón el que decida el cuándo. También, que su liderazgo no está en duda y que el núcleo que acompañará al presidente en la campaña y en los puestos de relevancia será muy parecido al que hoy comparte con él Consejo de Gobierno.
Los partidos políticos
El PSOE trabaja en la presencia de Alegría en Aragón y ya tiene los órganos listos para pergeñar la campaña electoral. Su secretaria de Organización, la pedrolera Manuela Berges, asume aún más responsabilidades como mano derecha de la ministra en su aventura autonómica.
Descendiendo por la escalera política, casi todos preparados. Vox esperará a que la convocatoria sea oficial para ver si Alejandro Nolasco es el candidato de la ultraderecha. Chunta Aragonesista tendrá que resolver si Isabel Lasobras o Jorge Pueyo se ponen al frente de un espacio en el que se volverá a hablar de unión con las otras izquierdas de IU (Marta Abengochea es la nueva líder, pero tendrán que ver si es la candidata) y Podemos, con Ricard Mitjana aupado ya de facto como referencia de los podemistas.
En Teruel Existe, listo para extender aún más a partir de hoy su expansión por las tres provincias, Tomás Guitarte sigue siendo el faro al que sujetar las políticas contra la despoblación. El PAR, que pugnará con la Existe por cada voto de Teruel, confía en que Alberto Izquierdo vuelva a lograr la tarea de sacar el diputado y asentar de nuevo al histórico partido. Más difícil fue en 2023, en plena sangría interna.
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