Sumar valora los efectos secundarios del choque que ha sacudido esta semana al Gobierno de coalición. La guerra abierta contra la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez no fue una estrategia orquestada en las filas de Yolanda Díaz, sino un comentario “puntual” al que después trataron de dar marcha atrás. Sin embargo, hay quien cree que la petición de cese puede llevarle a verse reforzada en el Consejo de Ministros y a quedar blindada en una eventual crisis de Gobierno.
La salida de la vicepresidenta primera María Jesús Montero para presentarse a las elecciones andaluzas obligará a reorganizar las áreas ministeriales en los próximos meses. En Sumar no descartan que estos cambios vayan más allá de la figura de Montero e incluyan el relevo de otros ministros socialistas. Una opción que abría la puerta a la salida de Rodríguez como titular de Vivienda, con quien están fuertemente descontentos.
Sin embargo, la declaración de la portavoz parlamentaria de Sumar, Verónica Martínez Barbero, pidiéndole “dejar paso” provocó una reacción airada en el ala socialista del Gobierno. Y varios ministros del PSOE cerraron filas para salir en defensa de Rodríguez, ensalzar su figura y alabar su trabajo. “La ministra Rodríguez tiene todo mi apoyo”, defendió la propia Montero. “Magnífica ministra” para el titular de Transportes, Óscar Puente, y autora de un “extraordinario trabajo” para el ministro de Transformación Digital, Óscar López. Es más, desde Bruselas, el propio presidente del Gobierno cerró filas con Rodríguez y, preguntado por el asunto, manifestó que “por supuesto” que la ministra tiene su apoyo.
Este episodio, creen algunas voces del espacio, podría dificultar a Pedro Sánchez tomar la decisión de relevarla en el Gobierno, ya que el cese llegaría después de la defensa de Rodríguez y el gesto podría interpretarse como una cesión o un signo de debilidad. Otras voces sin embargo creen que si el presidente quisiera cesarla, lo haría independientemente de consideraciones externas y aunque supusiera contradecir a varios miembros del Gobierno sobre la labor de Rodríguez.
De puertas para afuera, Yolanda Díaz ha dado marcha atrás en la petición de dimisión de la ministra de Vivienda, asegurando que la “diferencia es política”, que “no va de personas” y que “da igual una ministra que otra”. Y sobre el papel, el diagnóstico es ese: el PSOE “caoba” es el responsable de que no se adopten medidas más ambiciosas que impliquen la intervención del mercado o el peaje impositivo a los propietarios de varias viviendas. Pero lo cierto es que la química con Rodríguez hace gala por su ausencia, y los choques entre el socio minoritario de Gobierno vienen siendo una constante desde el inicio de la legislatura. No en vano tuvo que retirar del Congreso su proyecto estrella, la ley del suelo, para evitar que lo tumbaran sus propios socios de coalición, tras el rechazo de Sumar.
Los de Díaz asumen que hay “cabreo” en su socio de coalición por la polémica generada esta semana. Y sin embargo en las filas de Díaz no hacen mal balance de situación. Asumen que la declaración de guerra les ha permitido forzar al PSOE a abrir una negociación sobre vivienda para tratar de rebajar las tensiones, después de que Moncloa contactara con el Ministerio de Derechos Sociales de Pablo Bustinduy, impulsor del decreto que Sumar aspiraba a pactar. Por otro, ha tensado las relaciones aún más con el Ministerio de Vivienda, pese a que la ministra socialista trató de minimizar la crisis. “Dramatizamos demasiado en este país”, resumió, soliviantando de nuevo a Sumar, que volvió al ataque: “Dramática es la situación de la vivienda”.
En una eventual crisis de Gobierno, en las filas de Díaz fantasean con el cese de Rodríguez. Unos cambios que, creen, habrían de producirse junto a la salida de Montero del Consejo de Ministros. La propia candidata andaluza ha asegurado que dejará el Gobierno cuando empiece la campaña. La incógnita será si el baile de sillas se limitará a Hacienda o si habrá más, después del desgaste de figuras como Ana Redondo o José Manuel Albares. En caso de que se produjera una reducción de ministerios, anexionando departamentos como Hacienda con el de Economía, de Carlos Cuerpo, los de Díaz dudan si esta reducción podría afectarles, y si les podrían requerir prescindir también de un ministro, en una reducción proporcional a su presencia en el Gobierno.
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