Han pasado cuatro años y la vida ha cambiado para muchos, porque llega el profesionalismo y no es sencillo para nadie. Pero a veces hay cruces de caminos que los vuelven a juntar y el Deportivo-Valladolid es uno de ellos. Cinco campeones juveniles en 2021 con el equipo coruñés y un semifinalista con el Real Madrid se congregarán este domingo en Riazor repartidos entre ambos equipos. El Valladolid parece un convidado de piedra en esta fiesta del reencuentro, pero aportará la mitad de los efectivos. El Dépor ha conservado a algunas de las mayores joyas, pero ha ido perdiendo a otras por el camino. Dani Barcia, David Mella y Yeremay Hernández, por los blanquiazules, y Guille Bueno, Trilli y Peter Federico, por el conjunto pucelano, son esos seis futbolistas que, tras aquella vivencia y ya en edad sénior, se volverán a ver las caras en un terreno de juego.
Los tres deportivistas no dejaron el club desde entonces, aunque les costó asentarse en el primer equipo. A Mella le persiguieron las lesiones, Barcia tuvo que afrontar un proceso de crecimiento en el Fabril, y Yeremay Hernández le hizo la horma al banquillo de Riazor hasta que, entre Rubén de la Barrera e Imanol Idiakez, lo rescataron para la causa.
No fue tampoco sencillo el camino para el resto de protagonistas, porque tuvieron que afrontar cambios de clubes, en muchas ocasiones por decisión propia. El primero en marcharse fue Guille Bueno. Acababa de llegar en verano desde el Areosa y su temporada le catapultó. Unos meses después, dejaba Abegondo tras una polémica fuga al Borussia Dortmund después de rechazar la firma de un contrato profesional. Estuvo unos años en el filial y, posteriormente, se fue cedido a la segunda alemana, al Darmstadt 98. Es probable que escuche algún silbido hacia él esta tarde en Riazor después de que su marcha no fuese nada limpia hace cuatro años.
La historia no está escrita, pero es muy probable que le ocurra algo muy parecido a Álvaro Pérez Campo, Trilli. Era la otra banda de ese Dépor campeón y, después de un año de irrupción y lesiones y de un segundo de ostracismo con el primer equipo, optó por marcharse al Barcelona B, previo pago de una rebajada cláusula de rescisión. Unos 200.000 euros. En el filial culé tampoco fue capaz de coger galones y de ganarse el protagonismo y, otras dos campañas después, ha llegado traspasado también al Real Valladolid.
Peter Federico, el único que no fue campeón de los que se verán las caras hoy, tuvo una primera fase de asentamiento en el Castilla con dos años de estadía en el segundo equipo blanco antes de probar en Primera en el Valencia en el Getafe, pasos previos a bajar a Segunda con el Pucela. Una velada de reencuentros entre lo más selecto.
