El 25 de noviembre de 2015 se ha convertido en una fecha casi emblemática de MotoGP. Un día que no recuerda una gran victoria o la celebración de un título, sino un episodio que dividió inevitablemente al mundo del motociclismo: el día de la patada (o no) de Valentino Rossi a Marc Márquez.
Para poner en contexto este encontronazo, en ese 2015 Valentino Rossi pilotaba una Yamaha oficial después de unas temporadas complicadas en Ducati y en su palmarés contaban ya nueve títulos mundiales. Para Márquez era su tercera temporada desde su ascenso a MotoGP de la mano del Honda HRC, con cuatro títulos de campeón, dos de ellos en sus dos primeros cursos como piloto de la máxima categoría.
El italiano, que había resurgido con la marca japonesa llegaba a Malasia, penúltima cita del Mundial 2015, como líder del campeonato, con su compañero de entonces, Jorge Lorenzo, también en pugna por el ansiado título. El ambiente llegaba enrarecido por dos incidentes previos en Termas de Río Hondo y Assen y en Sepang la situación acabó saltando por los aires, ya desde el mismo jueves de Gran Premio.
“Nosotros dimos en directo la rueda de prensa en la que Valentino acusó a Marc y a Lorenzo de que la semana anterior, en Australia, estaban de acuerdo…como que Lorenzo iba a ser protegido por Marc, iba a hacer como de guardaespaldas, lo dejó claro”, recuerda Ernest Riveras, por entonces comentarista del Mundial para Movistar, en una charla con SPORT.
“Nada más terminar la rueda de prensa, estaba en directo con Juan Martínez y dije, ‘creo que se ha pegado un tiro en el pie Valentino, porque nunca puedes implicar a Marc en una cosa así, no puedes hablar de él negativamente. No iba a ser aliado tuyo, no, pero te acabas de buscar un enemigo gratis que no hacía falta”, recuerda el veterano comentarista.
El #46 estaba dispuesto a calentar el fin de semana desde el inicio y los resultados de la clasificación no acompañaron. El compañero de Marc, Dani Pedrosa, se hizo con la pole mientras que el #93 clasificó segundo, con Valentino y Jorge, tercero y cuarto, respectivamente. Y entonces llegó el domingo y Márquez respondió en pista a las acusaciones de Rossi.
La batalla está servida
Después de que Lorenzo adelantara a Rossi en los primeros giros aprovechó que Marc se abrió demasiado para superarlo también y lanzarse a por Pedrosa que lideraba la carrera. El escenario no había podido quedar mejor. Marc por delante de Valentino, interponiéndose entre los dos aspirantes al título. El de Cervera se enzarzó en una intensa batalla de pasadas y repasadas con un Rossi que trataba de no perder la estela de su máximo rival por el campeonato. Hasta 14 veces se adelantaron en cinco vueltas, haciendo elevar la tensión al máximo. Y en la vuelta 13 todo estalló.
“Durante la carrera, cuando Marc iba por delante de Valentino, se coló y al volver a pista se encontraron en la posición luchando por la tercera plaza, porque por delante iban Dani y Lorenzo, en aquel momento, en todos aquellos adelantamientos que hubo nadie quiso ceder, uno porque se jugaba el Mundial y el otro porque quería que quedara claro que Valentino no había conseguido amedrentarlo”, explica Riveras que, por entonces llevaba una temporada como narrador de MotoGP.
Rossi, cansado de la tensión de ese cuerpo a cuerpo, obligó a Marc a salirse de su trayectoria y cuando este intentó volver, ambos se tocaron y el de Cervera acabó por el suelo. “Cuando hubo el toque, yo sinceramente ni me atreví a decir que fue patada, yo creo que Crivillé sí lo dijo”, rememora Ernest, quien tenía claro que esa batalla por el tercer puesto “cuando a Marc no le va el Mundial” venía de la rueda de prensa del jueves: “Le ha tocado la moral”.
Para algunos, Rossi sacó demasiado su pierna derecha para tocar intencionadamente al de Cervera, para otros, fue un simple lance de carrera. Empezaba así la discusión más célebre de MotoGP: ¿Patada sí o patada no?.
“A posteriori es que me da igual si fue patada o no, porque es una discusión en la que te enzarzas si fue patada o no, te enzarzas en una discusión con gente, los prorosistas que no lo quieren ver… lo que está claro es que fue una acción antirreglamentaria, que él dejó de pilotar para arrinconar a Marc en una curva, se lo quedó mirando y se fue al suelo”, afirma rotundo Ernest, casi una década después. “Me da igual si fue patada o no, es una sanción, y de hecho le tenían que haber sacado bandera negra en ese momento, pero no fue así”, apunta.
Valentino acabó cruzando meta tercero y sumó 16 puntos a su cuenta, aunque Lorenzo con su segundo puesto le recortó cuatro para llegar con más opciones a la última prueba en Valencia. El de Tavullia fue castigado con tres puntos de penalización en el carnet que,sumados al que ya tenía conducción irresponsable con Lorenzo en la segunda clasificación del Gran Premio de San Marino le acarreó una sanción que le obligó a salir último en el trazado valenciano.
Alta tensión en el paddock
Los días posteriores, antes del desenlace del campeonato, se convirtieron en una auténtica olla a presión con una tensa rueda de prensa en Cheste. La organización intentó calmar las aguas, recomendó a los periodistas olvidar ese incidente y programó las comparecencias de los dos protagonistas por separado. “Fue ridículo”, recuerda Riveras sobre ese periodo. “Valentino, al principio pidió disculpas y luego le dio la vuelta a la tortilla y al final la culpa era de Marc, y entonces toda la maquinaria, toda la potencia mediática de Valentino se puso en marcha y los periodistas compraron su relato”, comenta, reseñando que no solo lo compraron los italianos, sino también muchos españoles.
“Pasamos del domingo por la tarde de Malasia en que había sido una acción antirreglamentaria de Valentino y de repente el lunes por la tarde, la culpa era toda de Marc. Yo he llegado a escuchar historias tan peregrinas como que Marc le dio con la cabeza en la pierna, que buscó el contacto… ya no sabían ya cómo explicar que realmente la acción de Rossi fue antirreglamentaria”, argumenta Riveras.
Entre las anécdotas de esa semana, el comentarista español recuerda una tertulia con un compañero italiano que aseguraba que había habido una reunión en Andorra entre Lorenzo y Márquez para pactar el ‘biscotto’. “¿Pero tú tienes pruebas de esto?”, preguntó Ernest, y la respuesta fue clara “no, pero lo ha dicho Valentino y nos lo creemos”.
Márquez, with his childhood idol Valentino Rossi / Archivo
El desenlace del mundial no hizo, sino, avivar la polémica. Rossi se vio obligado a remontar desde la última posición y aunque acabó cuarto, Lorenzo acabó coronándose campeón del mundo de 2015 al ganar la carrera. Se esfumaba así la opción del décimo título de Valentino, ese que había buscado desde 2009, y que ya no pudo conseguir pese a disputar varias temporadas más.
Llegaba así también la ruptura total entre el joven aspirante y su ídolo de la infancia. La relación entre ambos, que hasta esa temporada había sido de admiración, se convertía en la de dos archienemigos.
Se dividía también el paddock, los periodistas y el público en general. “Un día me enfadé con un ex piloto, que no voy a decir su nombre. Estábamos en una comida al año siguiente y hablando de eso, de repente, me dijo que le había dado Marc con la cabeza, y me levanté y me fui”, explica Ernest. “Fue muy duro de llevar, con Marc abucheado en los circuitos y en Italia preocupados por su seguridad. Fue un periodo desagradable“, asegura.
¿Asunto zanjado?
Todos los intentos de reconciliación fueron en vano. El propio Marc tendió una mano a Rossi durante una rueda de prensa en Misano en 2018, pero el italiano se mantuvo de brazos cruzados. No hizo más intentos. “El tiempo lo cura todo”, esperaba el ilerdense, que pasó página. “Lo más importante de todo es que a Marc es una cosa que ya le da igual, y en general ya da igual a todo el mundo”, piensa Ernest.

Valentino refuses to shake Márquez’s hand / EFE
“Es cierto que todavía está esa potencia mediática. Valentino era el mejor piloto, probablemente uno de los mejores de todos los tiempos, y de su época el mejor sin duda y que de repente diga todo eso, la gente compró el discurso de una manera tremenda”, insiste el que fuera durante más de una década comentarista del Mundial de MotoGP.
La realidad es que el conflicto, si estaba cerca de cerrarse, se ha reavivado en este 2025 con Marc Márquez buscando su novena corona. Quedó claro en Mugello, cuando los aficionados lo abuchearon pese a defender los colores de Ducati, y también cuando se fue al suelo en San Marino, cuando Valentino, presente en el muro, casi sonrió tras la caída del catalán.
De cualquier manera, Márquez ha conquistado este curso su novena corona mundial, la séptima en la categoría reina, para igualar los números que Valentino consiguió durante su carrera.
