El Valencia firmó uno de sus peores partidos de la temporada en el Bernabéu. Un equipo sin alma, sin respuesta y completamente superado. Desde el primer minuto fue arrollado por un Real Madrid que apenas necesitó apretar el acelerador para resolver el duelo. El 4-0 final incluso se quedó corto para lo visto durante buena parte del encuentro, con un conjunto blanquinegro que se fue al descanso tres goles abajo y dando una imagen paupérrima. Los de Corberán no lograron chutar a puerta hasta el minuto 86, cuando Javi Guerra estrelló un disparo en el palo, el único aviso ofensivo de toda la noche.
En medio de ese naufragio, solo Julen Agirrezabala mantuvo la dignidad. El guardameta evitó una goleada mayor con varias intervenciones de mérito y sostuvo al equipo cuando todo se venía abajo. Fue el único que respondió con personalidad en un escenario y situación que devoró al resto.
Agirrezabala, el único que sostuvo algo entre el derrumbe
Dentro del hundimiento general del Valencia en el Bernabéu, Julen Agirrezabala fue el único que se salvó. El meta evitó un resultado aún más abultado con varias intervenciones de mérito. Primero, en el minuto 13, desvió un disparo de Mbappé y, poco después, atajó un chut de Bellingham que se envenenó tras rebotar en Tárrega.
Nada pudo hacer en el 1-0, con Mbappé engañándole desde el punto de penalti, ni en el segundo tanto, en el 30’, tras un error de marcaje Copete y la nueva irrupción del francés. En el 41’ firmó una gran parada en una jugada que acabó en penalti de Thierry Rendall, pero él mismo lo detuvo y, además, reaccionó con reflejos para tapar el rechace de Güler. En el 3-0, el potente disparo de Bellingham fue inapelable. Antes del descanso, aún dejó otra buena intervención ante Arda Güler, sin conceder segunda jugada.
Resistió con dignidad en una noche negra
Con el partido ya sentenciado, Agirrezabala mantuvo la concentración mientras el Madrid levantaba el pie y el juego se convertía casi en un rondo. En el 57’ salió con valentía a por un balón aéreo en la frontal, imponiéndose en una acción que reflejó su carácter. Poco después, en el 61’, firmó su mejor intervención de la segunda mitad con una gran parada a bocajarro ante Mbappé, evitando el cuarto y negandole el hat-trick. Nada pudo hacer, sin embargo, en el 82’, cuando Álvaro Carreras sorprendió con un golazo desde fuera del área para poner el 4-0 definitivo.
Sin duda, Julen Agirrezabala fue el mejor jugador del Valencia CF. Y eso, lejos de ser una buena noticia, refleja el problema de fondo. Cuando el portero vuelve a ser el más destacado, y además en una derrota tan abultada como la del Bernabéu, el diagnóstico es claro: el equipo no compite. Julen, que está siendo el futbolista más regular del curso, sostiene al Valencia jornada tras jornada, pero su protagonismo constante es también el síntoma de un conjunto que concede demasiado y se apoya en exceso en su guardameta.
