Todavía sin conocer la fecha en la que regresará a la dinámica de equipo, Ronald Araujo es uno de los nombres de los últimos días en Can Barça después de su baja alegando problemas de salud mental. Su periplo en busca de la fuerza necesaria para regresar a la zaga azulgrana le ha llevado hasta Tel Aviv en un viaje espiritual y religioso en el que el uruguayo tratará de recuperar la energía que se vació tras la debacle en Stamford Bridge.
Sin embargo, el capitán del Barça no es el único futbolista con problemas de este tipo, por lo que es buen momento para recuperar las palabras de Sergio Canales sobre la manera en la que este tipo de situaciones pueden jugar realmente en contra de los deportistas de élite.
Araujo in the match stopped Chelsea / x
En el caso del ex de Real Madrid y actual jugador de Rayados de Monterrey, su época oscura llegó en su etapa en el Real Betis. El cántabro revela que hubo un momento de su carrera en el que nada hacía que se sintiera feliz, ni siquiera una gran actuación contra el Almería o los buenos resultados que podía cosechar con el conjunto verdiblanco.
“Digo, ‘no sé qué me pasa. Me siento amargado… pero totalmente amargado‘”, recuerda sus pensamientos en esa época. Canales fue uno de los tantos juguetes rotos del Real Madrid que tuvo que salir de la capital española ante la falta de minutos en una plantilla ultracompetitiva como la que había en 2010, llegado del Racing de Santander.

Sergio Canales. / EFE
Tras una cesión en Valencia, el club ché terminó fichándole en 2012, aunque en 2014 partió hacia San Sebastián para defender el escudo de la Real Sociedad. Sin embargo, no consiguió explotar hasta su llegada a Andalucía en 2018.
Estuvo vistiendo los colores béticos hasta 2023, etapa en la que su valor de mercado ascendió hasta los 25 millones de euros y demostró la calidad que se le presuponía al llegar a Madrid, convirtiéndose en una de las piezas clave de Quique Setién, primero, de Rubi, después y, finalmente, de Manuel Pellegrini.
“Esa temporada me pasó varias veces: llegar a casa y ponerme a llorar. Pero no sé por qué… había algo que me superaba“, apuntaba varios años después de pasar el mal trance. Uno de los motivos, comentaba, pudo ser el hecho de sentirse tan suyo el equipo que le llegó a afectar emocionalmente.
“Me lo tomé como algo tan personal… Llegó a meterse tanto dentro de mí el ya ser bético y me puse tanta responsabilidad…” indicaba antes de recordar “cuando ganaron la Copa” y sus “cinco años increíbles” en Sevilla.
Así, comentaba que “se dejó la vida y más“, por lo que descubrió que necesitaba un “cambio de aires y salir de su zona de confort“. El resultado fue la salida del de Santander de ‘su’ Betis en busca de un nuevo reto que no le implicase un desgaste emocional tan exacerbado como el que tenía en Andalucía, donde se había convertido en el icono de unos colores.
