Anne Flower vive un momento dulce. Apenas tres meses después de destrozar el histórico récord de Ann Trason en Leadville, la estadounidense volvió a sorprender al mundo con otra actuación para la historia: 5:18:57 en el Tunnel Hill 50 Mile, un tiempo que la convierte en la mujer más rápida del mundo en la distancia y confirma que su 2025 no es una racha, sino una revolución silenciosa dentro del ultrafondo.
Lo más curioso es que la gesta llegó tras una decisión de última hora. Flower, médico de urgencias en Colorado Springs, reconoció que hasta hace unas semanas estaba inscrita en el Maratón de Indianápolis. Sin embargo, una mezcla de dudas físicas y buenas sensaciones entrenando en llano la llevó a cambiar el dorsal por una salida en Tunnel Hill, un circuito plano y rapidísimo donde su economía de carrera —“corro como una perezosa rápida”, bromea— podía convertirse en un arma letal.
Y así fue. Desde los primeros kilómetros, Flower se sintió sorprendentemente ligera. Aunque el arranque fue más lento de lo previsto, pronto encontró el ritmo mágico: las 6:30 por milla (algo más de 4:00 min/km) que había imaginado como ideal. A mitad de carrera, ya sabía que la jornada podía ser histórica. “El primer maratón me salió casi sin esfuerzo. Noté que estaba en un día especial”, explica en una entrevista con el portal irunfar.com.
Su plan nutricional, simple y meticuloso, también fue clave. Su única asistente fue su madre, reconvertida en “jefa de boxes” con GPS incluido para no perderse en los accesos del circuito. En cinco encuentros estratégicos, Flower repuso Tailwind, geles y motivación. A partir del kilómetro 65 llegaron los dolores, pero el ritmo apenas se resintió. Incluso en su peor tramo —entre las millas 40 y 45— siguió corriendo en torno a esos 6:30 que acabarían empujándola al récord mundial.
Más allá del tiempo, la estadounidense rescata otro impacto inesperado: su victoria en Leadville ha generado un efecto contagio entre compañeros del hospital. “De repente, mucha gente me cuenta que ha empezado a correr o que se ha atrevido con un 5k. Ha sido muy bonito”. Esa energía colectiva, unida a su propio redescubrimiento del running, la ha llevado a replantearse 2026: “Estoy más motivada que nunca. Quiero ver hasta dónde puedo llegar”.
Los dos próximos retos de Anne Flower
Y ese camino ya tiene paradas anunciadas. Flower planea debutar en dos 100k de enorme nivel: Black Canyon y Canyons, ambos con presencia de atletas que exigen competir de tú a tú, como la olímpica Molly Seidel. “Es momento de medirme con las mejores”, asegura.
Mientras tanto, la doctora que corre “perezosa pero rápido” ya ha inscrito su nombre en otra página del ultrafondo. Y todo apunta a que su historia está lejos de terminar.
