La electrificación del sector automovilístico ya no es una opción, sino una obligación marcada por la normativa europea, y la industria necesita adaptarse con rapidez si no quiere perder peso económico y empleo. En este contexto, la patronal Anfac ha presentado sus previsiones contando con el nuevo Plan España Auto 2030, una hoja de ruta para impulsar una transición ordenada y eficaz hacia un nuevo modelo productivo centrado en la movilidad eléctrica.
El objetivo es alcanzar un valor agregado bruto de 120.000 millones de euros en 2035, lo que supone un crecimiento del 40% respecto a los 85.000 millones actuales. Pero el reto no es solo crecer, sino evitar un retroceso en el sector. Según ha advertido el presidente de Anfac, Josep María Recasens, si no se actúa, podría caer hasta los 78.000 millones, debido principalmente al debilitamiento de la industria vinculada al vehículo de combustión.
Anfac wants to maintain production while the sector accelerates its transition towards electric cars / Anfac
El plan pretende reconfigurar toda la cadena de valor, desde la fabricación de vehículos hasta los componentes y las baterías. El grueso del valor añadido actual -más del 90%- depende todavía del motor térmico, lo que obliga a adaptarse cuanto antes a la nueva realidad del vehículo electrificado. El plan contempla movilizar entre 35.000 y 40.000 millones de euros en inversiones público-privadas hasta 2030 para facilitar la transformación.
Para ello, una de las prioridades es duplicar los fondos destinados a proyectos de baterías, actualmente en 4.700 millones, y atraer nuevas inversiones, y no solo adaptar las fábricas existentes. “No hacer nada no es una opción”, ha dicho Recasens. La industria necesita nuevas herramientas para competir y mantener su peso en la economía española, donde ocupa una posición estratégica.
Empleo y producción
Otro de los objetivos del Plan Auto España 2030 es mantener el empleo del sector, que actualmente da trabajo a 1,9 millones de personas en España. Anfac confía en que, con el impulso adecuado, esta cifra se mantenga estable. En paralelo, se plantea aumentar la producción hasta 2,7 millones de vehículos anuales en 2035 -frente a los 2,4 millones actuales-, con un 95% de unidades electrificadas. Para lograrlo, el sector necesita un marco estable que aporte certidumbre regulatoria y garantías a largo plazo.

The president of the Spanish Association of Automobile and Truck Manufacturers (Anfac), Josep María Recasens / Anfac
El Gobierno ha anunciado cerca de 1.300 millones de euros en 2026 para impulsar la compra de coches eléctricos y el despliegue de infraestructura. Una parte importante, 580 millones, se destinará al Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). Además, se activará el Plan Auto+, con 400 millones en ayudas directas, gestionadas por el Ejecutivo central para evitar retrasos en la tramitación.
El objetivo es claro es agilizar el proceso, que actualmente puede alargarse hasta 18 meses con el Plan Moves. Anfac espera que, con el nuevo enfoque, ese plazo se reduzca a aproximadamente un mes. La clave, según Recasens, es replicar el modelo del plan “Reinicia”, que funcionó tras episodios de emergencia y eliminó trabas administrativas.
“Esto va de tecnología, no de ideología”
Además de electrificar su movilidad, España necesita mejorar su competitividad frente a otros países productores. Si bien, el coste tecnológico y laboral ya está en niveles competitivos, persisten problemas como los elevados costes energéticos o de I+D. Recasens ha insistido por ello en que esta transformación debe abordarse sin ideologías, solo con una visión clara de futuro: “Esto va de tecnología, no de ideología”.
También se plantea diversificar mercados de exportación, para que la industria española no dependa tanto de Europa. El refuerzo de la infraestructura de recarga, la economía circular y la movilidad sostenible son otros ejes que completan la estrategia de Anfac.
El Plan España Auto 2030 nace como una hoja de ruta “viva y dinámica”, según sus impulsores, y está abierto a revisiones periódicas para adaptarse a futuros cambios del mercado o de la legislación, como por ejemplo la revisión sobre el límite de emisiones en 2035. Para Anfac, su éxito no depende solo de los fondos o medidas concretas, sino de la capacidad del país para alinearse en una estrategia común y estable que garantice el futuro de uno de sus sectores industriales clave. Porque si algo ha dejado claro Recasens es que el tiempo juega en contra. La transición ya ha comenzado y España no puede quedarse atrás. Apostar por el vehículo eléctrico es, más que una opción, una necesidad urgente.
Subscribe to continue reading
