Víctimas de los atentados del 11-M en Madrid y del 17-A en Barcelona se han reunido este domingo en la capital catalana para compartir vivencias y conocerse más allá de los correos electrónicos y los mensajes. Una cuarentena de afectados por el atentado madrileño han visitado este domingo por la mañana el monumento dedicado a las víctimas del terrorismo, situado en la avenida Meridiana, y han entregado una ofrenda floral en recuerdo de los fallecidos.
Robert Manrique, víctima del atentado de Hipercor, ha explicado a ACN que el encuentro ha servido para unir a los afectados y darse apoyo ante “el abandono” de las instituciones. Manrique ha celebrado la reapertura de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo el próximo viernes, aunque ha lamentado que llega “tarde”.
Ayuda mutua
También ha explicado que la asociación de víctimas del atentado del 11-M recibió una “pequeña subvención” para desarrollar una actividad social y decidieron destinarla a realizar una visita a las víctimas de Catalunya para poder verse las caras después de haberse apoyado durante años. “Cuando se produjeron los atentados del 11-M, desde Catalunya ofrecimos toda la cobertura penal, jurídica, asistencial y psicológica que teníamos a nuestro alcance, porque allí estaban totalmente abandonados. Y cuando nosotros sufrimos el ataque del 17-A, ellos llevaron la defensa jurídica de muchas víctimas de la Rambla”, ha recordado Manrique.
Marisol Pérez, víctima del 11-M, ha expresado que el encuentro les ha permitido “compartir experiencias sin presión ni necesidad de pedir perdón”. “Ser víctima es difícil, porque, por un lado, parece que quieras dar lástima y por el otro que pidas dinero por lo que sufriste. Y aquí no hemos tenido que dar explicaciones”, ha señalado. Pérez ha explicado que la asociación visita de forma regular monumentos dedicados a las víctimas para visibilizar que hay personas “pendientes de su homenaje”. En el caso de la visita a Barcelona, sin embargo, lo han hecho para “poder conocer a sus hermanos” más allá de los correos electrónicos y los mensajes. “Ha sido muy enriquecedor”, ha subrayado.
La afectada por el 11-M ha insistido en que las víctimas del terrorismo “nunca están suficientemente bien atendidas” y que, cuando parece que lo están consiguiendo, siempre llega una nueva persona a la asociación que ha vivido experiencias desagradables, especialmente en entornos laborales. “Nos encontramos con gente que, al volver al trabajo, los tratan como si hubieran tenido un accidente. Y no es así, somos víctimas de un atentado”, ha concluido.
Reapertura de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo
Manrique ha aprovechado la ocasión para explicar que el próximo viernes se presentará la reapertura de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo de la Generalitat, cerrada en 2010 a raíz de los recortes. “Creemos que llega tarde, pero siempre hay tiempo para empezar a hacer el trabajo que no se ha hecho hasta ahora y seguir buscando víctimas”, ha afirmado.
Asimismo, ha dicho que esta oficina debe servir para “realizar el trabajo que las entidades y asociaciones de víctimas han estado haciendo en el ámbito privado” y ha vuelto a reclamar la aprobación de un protocolo para asistir a las víctimas después de un atentado, una medida muy solicitada por el colectivo. “Cuando se trata de asistir a personas que han sufrido un delito, una tragedia o una emergencia, las ayudas, si no existe un protocolo establecido, llegan muy tarde. Y la ley dice que son las administraciones competentes las que deben ocuparse de ello. Ya era hora de que lo hicieran, y aunque llega tarde, todavía se pueden arreglar muchas cosas”, ha sentenciado Manrique.
