El exlíder de los socialistas madrileños Juan Lobato ha declarado este miércoles, durante la tercera jornada del juicio contra el fiscal general, sobre las dudas que albergaba sobre el correo electrónico que el abogado de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, que el 14 de marzo de 2024, antes de que se publicara por ningún medio, le hizo llegar la entonces asesora de Moncloa Pilar Sánchez Acera. Ha asegurado que él quería utilizarlo, porque tenía “relevancia política”, pero si su origen estaba acreditado. “Si no está acreditado el origen es mejor no utilizarlo“, ha señalado.
El senador Juan Lobato aseguró que no recibía “instrucciones u órdenes” ni del entonces secretario de Comunicación Francesc Vallès ni del exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, más allá de haber recibido algún consejo o recomendación puntual del primero, pero no en este caso. Sostuvo que cuando Pilar Sánchez Acera, entonces jefa de gabinete de Óscar López, que lo era del presidente del Gobierno, le facilitó el pantallazo del correo para que la utilizara en la Asamblea de Madrid, porque entendió que “no era prudente esa vía de actuación”.
No obstante, eso no significa que no considerara que el documento en sí tuviera “relevancia política”, porque era “un activo político”, ya que “desvelaba una mentira de la presidenta Ayuso”, que el día anterior había dado una rueda de prensa en defensa de su pareja en la que había llegado a decir que Hacienda le debía 600.000 euros, que fue lo que entregó para tratar de evitar el juicio por el fraude fiscal de 350.000 euros del que se le acusa.
“La revelación de secretos a mí no me afecta si es un uso legítimo“, señaló el senador, al ser preguntado por la acusación por la razón por la que no había “cortado de raíz” el uso político de datos personales de la pareja de la presidenta Isabel Díaz Ayuso que le había remitido una asesora de Moncloa para que lo utilizara en un debate en la Asamblea de Madrid.
Moncloa
La insistencia con la que el abogado de González Amador interrogó al testigo sobre la política de comunicación del Gobierno llevó al presidente del tribunal, Andrés Martínez-Arrieta, a llamar la atención al abogado de la pareja del novio de Isabel Díaz Ayuso, para recordarle que esa parte quedó fuera del procedimiento por la Sala de lo Penal, pese a que el instructor, Ángel Hurtado, lo entendía en ese sentido a partir del plantallazo que la ahora número dos del PSOE de Madrid le envió a Lobato, que acudió al notario para dejar constancia de la conversación con ella, cuando se registró el despacho del fiscal general.
Lobato aseguró que “intentó reiteradamente saber de dónde salía el documento” y solo le dijeron que “estaba en los medios”, y que fueron sus dudas sobre el origen del documento, las que le llevaron a preguntar a Sánchez Acera por él y decirle que, al no haber sido publicado antes por ningún medio, se podía pensar que procedía de la Fiscalía, extremo por el que le preguntó directamente la defensa de Álvaro García Ortiz.
En este extremo, el testigo se mostró tajante: “Porque la imagen púbica era que quien podía tener interés era la Fiscalía”. “¿Tenía sospechas de que era la Fiscalía”? insistió el fiscal Javier Montero, a lo que respondió: “Tuve prudencia, porque si lo hago público se va a poder interpretar eso”.
Pilar Sánchez Acera le mandó un pantallazo con el correo del abogado del novio de Ayuso, seguido del mensaje “cuidado con los datos personales”, a las 8.29 antes de que el documento completo se publicara, porque el pantallazo incluía el número de teléfon de un abogado, matizó ante el tribunal; El Plural lo hizo a las 9.06. Como dijo ante el instructor, la número dos del PSOE madrileño desde que Lobato abandonó su liderazgo aseguró que dicho documento le había llegado a través de periodistas que suelen cubrir la información de la Comunidad de Madrid -aunque no recordaba quién expresamente-, que no tenía formato de e-mail e incluso la disposición de los párrafos era diferente al correo electrónico que se publicó en algunos medios y del que se investiga si tuvo su origen en una filtración de la Fiscalía.
Se lo envió al entonces líder de los socialistas madrileños para que lo utilizara, porque la presidenta “estaba retorciendo los hechos” en relación con su pareja.
“Es importante decirlo, recibo la imagen de un documento distinto”. “¿Cómo lo sabe?” le insistió la acusación en representación del empresario Alberto González Amador, a lo que la testigo explicó que tenía una disposición distinta: “No tiene quien lo envía ni destinatario, no tiene fecha y tiene un pie de firma de un despacho de abogados que el correo objeto de investigación no tiene”. Precisó que eso lo sabía por prensa.
Finalmente Lobato utilizó en la Asamblea madrileña la noticia de El Plural, que ella remitió al líder socialista hasta las 9.29. “Seguro que Lobato ya la había obtenido antes”, matizó.
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