Pedro Sánchez ha reconocido que recibió sobres del PSOE con dinero en efectivo para liquidar sus gastos, como los que ha documentado la UCO de la Guardia Civil en la investigación al exsecretario de Organización, José Luis Ábalos, y su asesor, Koldo García. “En alguna ocasión”, aseguró en la comisión de investigación del ‘caso Koldo’ en el Senado, aunque sin concretar por el momento ni cuánto ni cuándo al justificar que las cifras fueron “anecdóticas”. “Muy anecdóticas”, volvió a insistir al final de la sesión, que se extendió durante algo más de cinco horas, a preguntas del senador del PP Alejo Miranda. “Mis sueldos son absolutamente transparentes”, lo esquivó antes de su alegato final donde cuestionó la comisión de investigación por su “burda instrumentalización”.
Lo que sí ha negado es que estos pagos superasen en su caso los 1.000 euros, la cantidad máxima permitida por ley en efectivo desde la reforma de 2021, además de rechazar que existan sobresueldos en el PSOE. “Siempre con las facturas, los pagos que haya podido recibir están justificados”, insistió tanto en respuesta a la senadora de UPN, María del Mar Caballero, quien arrancó el interrogatorio, como a su sucesor, el senador de Vox Ángel Gordillo. Hasta en dos ocasiones enmarcó la financiación del PSOE a través de cuotas, con aportaciones de militantes y altos cargos, que supondrían el 25% de sus ingresos, y a través de subvenciones públicas el restante 75%.
Sánchez ha asegurado desconocer las presuntas actividades corruptas de los exsecretarios de Organización del PSOE para mostrarse “decepcionado” sobre lo que se está revelando. “Ábalos fue de mi máxima confianza política”, dijo, para diferenciar su vertiente profesional, que alabó, y que “nada tenía que ver con sus hábitos y su cotidianidad que yo, desde luego, desconocía”.
“Esa confianza política no significa que tuviera conocimiento en lo personal de cuáles eran sus conductas”, volvió a responder a la senadora Uxe Barkos (Geroa Bai) al preguntarle también respecto a las actividades de Santos Cerdán, ahora en prisión. Como viene haciendo desde que salieron a la luz los primeros informes, Sánchez ha defendido que su partido actuó con rapidez y contundencia, al forzar la salida de los investigados y endurecer los controles internos y códigos éticos, como por ejemplo para incluir como motivo de expulsión de militancia el consumo de prostitución.
El jefe del Ejecutivo ha seguido la estrategia de defenderse poniendo al PP contra el espejo, deslizando en ocasiones el ‘y tú más’. La financiación irregular, los sobresueldos o, incluso, “la corrupción sistémica” sería una cuestión del principal partido de la oposición, reprochó, para definir al Gobierno como “limpio”. De ahí que replicase que “Gürtel solo hay una y está en la calle Génova o que “a mí no me han repartido en efectivo dinero escondido en cajas de puros”.
La comparecencia del presidente del Gobierno se produce después de que la gerente socialista Ana María Fuentes reconociera en el interrogatorio que le realizó el senador del PP Gerardo Camps que el PSOE hasta 2021, cuando cesó José Luis Ábalos como secretario de Organización, no comprobaba con qué fondos, en metálico o desde una cuenta bancaria, abonaban los gastos adelantados por el exministro de Transportes, Koldo García o Santos Cerdán y que después les devolvía la formación política liderada por Pedro Sánchez.
La documentación aportada por el PSOE al Alto Tribunal esta misma semana especifica que el partido sacó de su banco entre 2017 y 2024 un total de un millón de euros en efectivo para abonar liquidaciones de gastos de la Ejecutiva federal. De esta cantidad, un total de 126.858 euros habrían sido liquidados a nombre de la Secretaría de Organización que dirigió Ábalos hasta 2021; otros 30.797 euros de Santos Cerdán; 19.638 euros de Ábalos y 11.291 euros de Koldo García.
El escrito de Ferraz hace hincapié en que ninguna liquidación de gastos se ha producido “con cargo a una supuesta caja ‘B‘ o a una hipotética cuenta extracontable, que no existe”. En la declaración como testigo del exgerente Mariano Moreno Pavón, ahora presidente de la empresa pública Enusa Industrias Avanzadas, el juez que investiga en el Tribunal Supremo el caso Cerdán-Ábalos, Leopoldo Puente, se sorprendió de la actuación de los socialistas: “Si Ábalos reclamaba unas cantidades, ¿el control era que lo reclamaba Ábalos? Eso no es un control”, dijo el magistrado, para después completar que no le parecía “un control muy efectivo”.
Sánchez ha acudido a la sala escoltado por el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, y su asesor en el Gabinete de la Presidencia Iván Yustos, quienes se sentaron al fondo de la sala. El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, también lo acompañó, aunque en su caso optó por seguir la comparecencia desde la sala del Gobierno habilitada en la Cámara Alta.
“Esto es más un circo”
La comparecencia ha tenido momentos de tensión desde el principio, con Sánchez llegando a asegurar que “esto es más un circo”, para descalificar la sesión y el presidente de la comisión haciendo llamadas al orden tanto al senador del PSOE, Alfonso Gil, como a Simancas, pese a acudir como acompañante. El jefe del Ejecutivo también descalificó la comisión de investigación como “comisión de difamación”, tras reiterar que algunas de las preguntas lanzadas estaban basadas en “premisas falsas” o partían de mentiras.
En su alegato final, Sánchez acusó al PP de desprestigiar la Cámara Alta por convertirla en un “lodazal” y un instrumento al “servicio de la máquina del fango”. “Solo hay una Gürtel”, concluyó para volver a negar financiación irregular en el PSOE.
El titular de Presidencia y Justicia iba un paso más allá para referirse a que “el acoso, la violencia verbal, la grosería y el intento de encerrona contra el Presidente en el Senado es su descrédito definitivo”. A través de un mensaje en la red social X responsabilizaba de ello al PP, cuestionando que “no le importa arrastrar las instituciones democráticas por el barro”. Una tesis que en la propia comisión replicaron otros intervinientes de grupos que forman parte de la mayoría de investidura.
Aunque Sánchez tiene mucho que perder y poco que ganar, los socialistas intentaban este miércoles rebajar de forma preventiva los efectos negativos que les pueda acarrear por las “evidencias” que dicen tener en su favor y que no haya “nada” incriminatorio en los informes de la UCO de la Guardia Civil. “No solo el informe de la UCO no lo acredita [financiación irregular]but recognizes that the PSOE justified the payments”Sánchez wanted to highlight at the beginning of his speech. Other sources who have prepared the appearance explained that they aspired to “tie”, replicating the “blows” they expected to receive from the PP.
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