Pedro Sánchez sigue confiando en reconducir la relación con Junts tras materializar su ruptura. Si la portavoz de la formación independentista, Míriam Nogueras, solemnizó el bloqueo este miércoles en el Congreso con el mensaje de que “se ha acabado”, Sánchez prefirió ver el vaso medio lleno y acogerse a la lista de acuerdos incumplidos que enumeró. “Le doy la razón de que hay que cumplir con los compromisos”, contestó durante la réplica de su comparecencia para asegurar que “vamos a esforzarnos aún más”.
Entre los asuntos sobre los que recogió el guante citó la publicación de las balanzas fiscales, la ejecución presupuestaria pendiente, la inclusión financiera, la multirreincidencia, la “mayor presencia” de Catalunya en los organismos internacionales o la “aplicación total y efectiva de la ley amnistía”, aun refiriéndose sobre esto último a los pronunciamientos futuros tanto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TEJUE) como del Tribunal Constitucional (TC).
El jefe del Ejecutivo verbalizó por primera vez la amenaza de “bloqueo”, pero para trasladar a los posconvergentes que los electores eligieron la actual aritmética parlamentaria y que el deber de los grupos parlamentarios es “trabajar con esa realidad” y “dialogar”. Con una de cal y una de arena, recordó a Junts que también necesitan de los votos del PSOE para sacar adelante su agenda, poniéndolos ante la disyuntiva de elegir entre los socialistas o la oposición.
“O es que va a negociar con quienes desprecian la identidad de Catalunya, quieren destruir Catalunya y acabar con su autogobierno”, preguntó irónicamente. De forma más directa, luego volvió a repetir la dicotomía del “bloqueo, que no conduce a nada, o el entendimiento para llevar más prosperidad y autogobierno a Catalunya”.
Sánchez hizo referencia a los vetos cruzados entre los socios y la necesidad de encajar intereses en ocasiones antagónicos con fuerzas que basculan tanto hacia la derecha, como es el caso de Junts o el PNV, como hacia la izquierda (ERC, Bildu o BNG). “No están solo ustedes, también otros grupos que tenemos que encajar para sacar adelante esas leyes, no tiene nada que ver con la falta de voluntad política por parte del Gobierno, que la tenemos total y queremos cumplir con todos los acuerdos”, replicó el jefe del Ejecutivo. De hecho, normas como la delegación de competencias en inmigración a Catalunya fueron promovidas por el PSOE y luego vetadas por Podemos al sumar sus votos a PP y Vox.
“El partido más votado en Catalunya”
En el capítulo de toques de atención, el jefe del Ejecutivo puso en entredicho en su réplica el afán de Junts por “erigirse en voz de los catalanes”. “El primer partido más votado en Catalunya es el PSC, y por tanto algo tendremos que decir también nosotros”, recordó. En esta línea, también puso en valor que desde su llegada a La Moncloa la confianza del Gobierno entre los encuestados catalanes se ha duplicado hasta alcanzar el 46%. Asimismo, reclamó a Nogueras, quien tildó desde la tribuna a Sánchez de “cínico” e “hipócrita”, que se eviten las palabras gruesas. “Yo no he insultado nunca a su grupo, ni a usted, le ruego que tampoco lo haga conmigo”, conminó.
Ya en su intervención inicial señaló que “ahora parece que otros grupos parlamentarios se quieren abonar a ese bloqueo”, para poner en dudas sus razones de vetar normas como la ley de familias o de la universalidad de la salud que “con su aprobación mejoraríamos la vida de nuestros conciudadanos”. Ante ello, apeló “al espíritu de acuerdo”, volviendo a deslizar su confianza en reconducir la situación con la Junts.
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