Pedro Sánchez lleva varias semanas poniendo énfasis en que el Gobierno español es el tercero más longevo de la UE. Desde que llegó a La Moncloa hace ahora siete años y medio, suele contrastar, se han sucedido siete primeros ministros en Francia, seis en Austria o cinco en Reino Unido. Frente a la debilidad de un gobierno en minoría y la falta de Presupuestos, el jefe del Ejecutivo busca exhibir una estabilidad que asocia al crecimiento económico y cuya receta no se basaría tanto en las mayorías parlamentarias, sino en “gobernar para la mayoría” logrando “paz social y territorial”. De ahí que ante los adelantos electorales en comunidades autónomas gobernadas por el PP, con la intención de Jorge Azcón de seguir en Aragón los pasos de María Guardiola en Extremadura, en Moncloa alerten sobre el impacto económico de estas dinámicas. Realidades que achacan a que “lo de PP y Vox es involución e inestabilidad”.
Desde salida de Vox de los gobiernos autonómicos en julio de 2024, los de Santiago Abascal han tratado de influir desde fuera. En algunos territorios como Murcia o la Comunitat Valenciana, pactando los presupuestos, y en otros, donde se plantean los adelantos electorales, forzando su prórroga. Los socialistas entienden que estas dinámicas no cambiarán con un adelanto electoral, pues creen que los populares seguirán necesitando a la ultraderecha en el mejor de los casos. De hecho, Vox está subiendo el precio de sus votos con la amenaza de que si no se asumen sus exigencias se tendrán que repetir elecciones e, incluso, Abascal ha deslizado que podría pedir la cabeza de la presidenta extremeña, María Guardiola, si no cede en sus reclamaciones.
Frente a inestabilidad política en el plano autonómico e ignorando el punto de inflexión que supone la ruptura de Junts y su decisión de tumbar las primeras cuentas públicas de la legislatura, Sánchez reivindicaba el pasado sábado que el ejecutivo español “es uno de los más estables de Europa”. Algo que vinculaba como la base del crecimiento económico, en conversación informal con los periodistas durante los actos en el Congreso del 47 aniversario de la Constitución. “Si tenemos crecimiento es por la estabilidad”, contrastaba al ser preguntado por un posible adelanto electoral en Aragón.
La candidata del PSOE en esta comunidad y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, trataba este lunes de cambiarle el paso a Azcón ofreciéndose a negociar los Presupuestos y, como muestra de su voluntad, facilitar la aprobación del techo de gasto. Tras reunir de urgencia a la ejecutiva autonómica que lidera, Alegría lanzaba esta oferta para cambiar el paso al presidente de Aragón, aún asegurando que está “maniatado por los caprichos y las exigencias de la ultraderecha” y que esta realidad “así ha sido, es y será”.
De producirse un adelanto electoral, con comicios a mediados de febrero, pues el ultimátum de Azcón para calibrar apoyos remataría esta semana, Alegría debería dejar sus responsabilidad en el Ejecutivo. A sus funciones como portavoz suma las carteras de Educación y Deporte. La intención trasladada por Sánchez es hacer una crisis de Gobierno “puntual”. Un cambio solo para relevar a Alegría. No entra, por tanto, en sus cálculos una gran crisis de Gobierno, sino cambios “uno a uno” de los ministros que también son candidatos, cuando se oficialice la convocatoria electoral.
“Los socios quieren legislatura”
En el entorno de la portavoz del Gobierno no acaban de creerse del todo el ultimátum de Azcón y lo ven más como una estrategia de presión para cerrar un acuerdo con Vox. Con todo, aseguran que tienen las “zapatillas” preparadas para recorrer la comunidad y darlo “todo” para provocar un cambio en Aragón tras los años de gobierno del que fuera alcalde de Zaragoza.
El ciclo de elecciones autonómicas arrancará el 21 de diciembre en Extremadura y sumará, al menos, los comicios de Castilla y León y Andalucía, previstos para marzo y junio, respectivamente. Además de Aragón, existen dudas sobre lo que suceda en Baleares, aunque la presidenta Marga Prohens ha descartado “de momento” un adelanto tras quedarse sin presupuestos.
A la espera de medir la intensidad de este ciclo electoral, Sánchez sigue insistiendo en su intención de agotar la legislatura. Con o sin presupuestos. Ante la probabilidad de que los tumbará el Congreso, en el Gobierno comienzan a conformarse con poner en valor sus prioridades y exhibir su hoja de ruta. A la garantía de que “hay legislatura”, el presidente añadía el argumento durante la mencionada conversación informal con los periodistas que “los socios quieren legislatura”. Sus colaboradores abundaban en este optimismo asegurando que incluso es posible reconstruir la mayoría con Junts.
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