Hubo un día en que Juanma Moreno y Pedro Sánchez jugaron en el mismo equipo e incluso celebraron goles juntos contra Felipe VI. De eso hace ya algún tiempo, abril de 2021, en los prolegómenos de una final de la Copa del Rey. No sé si ahora mismo los dos presidentes serían capaces de formar tándem para jugársela en una partida de futbolín. Diría que no. Es una de las anécdotas que rememora Moreno en su libro “Manual de Convivencia. La vía andaluza” (Espasa), que salió a la venta esta semana y que se presenta en Sevilla, a lo grande, en la Real Fábrica de Artillería, este lunes 3 de noviembre.
El título, que no el libro en sí, es un ejercicio claro de confrontación directa con Pedro Sánchez, replicando a su título “Manual de Resistencia”. Si no fuera porque dentro soslaya, por supuesto, cualquier aspiración nacional, alaba a Alberto Núñez Feijóo como “el Magic Johnson” del PP y da por hecho que será presidente del Gobierno con la inestimable ayuda de una “política tenaz” y “con determinación” como Isabel Díaz Ayuso, se diría que Moreno se postula para ser rival de Pedro Sánchez. “Nada más lejos de la realidad”, dicen siempre en su equipo.
Como le gustan las bromas espero que no le moleste esta: cuando cierras el libro piensas que Juanma Moreno está entre Barack Obama y John Kennedy, como mínimo.
Al leer el ejemplar es fácil acordarse de esas entrevistas de trabajo en las que cuando se pregunta al candidato o candidata qué puntos débiles tiene o cuál diría que es su principal defecto, deja caer como el que no quiere la cosa: “Soy excesivamente perfeccionista” o “me gusta conseguir cosas imposibles”. Efectivamente, no es que sea un retrato amable de Moreno, baboso o pelota. Está escrito en primera persona, con ritmo, es interesante y al terminarlo ha dejado fijado en tu cabeza que ese político es casi perfecto. Como le gustan las bromas espero que no le moleste esta: cuando cierras el libro piensas que Juanma Moreno está entre Barack Obama y John Kennedy, como mínimo.
‘Mindfulness’ y Marián Rojas
Buen hijo, buen padre, buen esposo, buen amigo, de origen humilde, abuelos jornaleros, tolerante, huye de las guerras culturales, incluso asume postulados ‘progres’, tiene amigos de izquierda, canta Sabor de Amor, duerme mal, hace mindfulness y lee a Marián Rojas Estapé, su psicóloga de cabecera. Hasta respeta profundamente a los medios de comunicación, a los que dedica hasta tres capítulos, mostrando un conocimiento tan profundo de las ‘fake news’ y los bulos que da que pensar. Qué gusto sería poder creer que un presidente del Gobierno respeta profundamente el ejercicio honesto de los periodistas aunque le den caña.
El libro deja claro lo que sus adversarios siempre le han reprochado, con cierta envidia, que se vendía muy bien. Lo suyo, han dicho siempre sus rivales, no era una historia de carisma político sino de exitoso marketing político. Sería imposible mantenerse casi ocho años en el poder con la simpatía mayoritaria de la calle solo con propaganda pero está claro que ayuda, y mucho. El libro, escrito con estilo periodístico con ayuda de su equipo de comunicación, Sebastián Torres, Santiago Salas y Javier Recio, dibuja al mejor Moreno posible. Cercano, afable, intuitivo, moderado y buena gente. Faltan mujeres en ese equipo aunque el presidente confiesa que a la directora de la orquesta la tiene en casa, con Manuela Villena: “Además de todo lo demás, mi mejor asesora”. Politóloga de formación, con un brillante currículum académico, fue decisiva para que decidieran dar el paso de volver desde Madrid a Andalucía en 2014 para asumir el reto de llegar desde la oposición a la Junta de Andalucía.
De Mújica a Imbroda
Moreno no oculta su admiración a Felipe González, Pepe Mújica y su añorado Javier Imbroda, que fue consejero de Educación en su primer Gobierno de la mano de Cs, y a quien trata con mucho cariño en esta obra. Es llamativo lo por encima que se refiere a otras personas que formaron parte de ese cambio político en Andalucía. Hay olvidos que dicen mucho.
En la ‘factoría Moreno’ siempre han sabido convertir sus debilidades en fortalezas. “Es muy blandito”, le recriminaba, como “el pescado en blanco, que no hace daño” se convierten en que es un hombre de “talante tranquilo, afable y hasta dulce”. Bromea con el “Moreno Nocilla” que le dedicó “su admirado periodista Antonio Burgos” y hace gala de un “trato educado a sus adversarios” de “moderación, cortesía y serenidad”, ¿alguien da más? Si quieren saber cuándo desayunó con Santiago Abascal y qué broma le gastó al líder de Vox, viene en el libro.
Deberían de aprender sus adversarios. Ninguno de quienes se enfrentan a Moreno en las elecciones autonómicas de 2026 tiene este cartel en Andalucía
Moreno se erige en el hacedor de lo imposible en Andalucía. Y lo hace mientras desliza que habla con Jordi Évole por teléfono, proclama que el siglo XXI es de las mujeres y alaba lo mismo a dos personas que me atrevería a decir que son antagónicas por su forma de interpretar la política del PP: el madrileño Alfonso Serrano y el cordobés Antonio Repullo.
Deberían de aprender sus adversarios. Ninguno de quienes se enfrentan a Moreno en las elecciones autonómicas de 2026 tiene este cartel en Andalucía. De hecho, la imagen de María Jesús Montero no acaba de despegar en las encuestas, mal puntuada e identificada como una prolongación de Pedro Sánchez. Si alguien me preguntara, que no creo que ocurra, les recomendaría que eligieran un equipo como el de ‘Juanma’ que construyera un personaje a la altura del que tiene el presidente de la Junta. Qué es sino la política hoy en día más que imagen. Mejor instagramer que el presidente de la Junta es imposible encontrar y el libro se lee rápido, con gusto y hasta subrayando.
